martes, 3 de mayo de 2016

APARTHEID

Los resultados electorales de las pasadas elecciones, nos han traído una situación completamente nueva en la corta vida de la Democracia Española. Hasta ahora los resultados electorales habían sido lo suficientemente claros como para no plantearse soluciones extraordinarias. De una forma o de otra se conseguía sacar adelante un gobierno más o menos estable. Las cosas ahora se plantean de manera distinta, cuando la mayoría solo podrá conseguirse con la unión de partidos, aparentemente, de ideologías diferentes.
Después de lo vivido los últimos meses, está claro que eso ha sido imposible y a mí me gustaría saber por qué. El otro día en una reunión de amigos quise que se me contestara a las razones profundas por las cuales no es posible un pacto. La primera razón que se puso sobre la mesa fue las diferencias ideológicas. Yo quise que se me dijera cuales eran esas diferencias. No es broma, nadie fue capaz de poner sobre la mesa una sola diferencia concreta que no fueran lugares comunes de esos que manejan tan bien los políticos cuando no tienen nada que decir.
Acaso aquí no estamos todos por la economía de mercado incluso aquellos que dicen no estarlo, aunque en su vida diaria se comportan de manera  distinta. Esos antiimperialistas que llevan a estudiar a sus hijos a Estados Unidos, por ejemplo. Acaso aquí no estamos todos por la igualdad y la solidaridad, a pesar de que los que más presumen de esto no tienen empacho de trocear España para mayor fortuna de la burguesía catalana o vasca. Al servicio de puyoles condes-de-godó y demás depredadores de esas tierras. Acaso no estamos todos por una Sanidad de calidad igual para todos, por más que los que más abusan de esos eslóganes, lo que realmente quieren es una sanidad controlada por ellos, en su solo beneficio, en la que los ciudadanos solo somos el pretexto y la coartada de sus privilegios.
No hubo manera de poner sobre la mesa un solo elemento ideológico.
Algunos entraron en la corrupción como elemento determinante. Corrupción no tanto a nivel individual, que de esa nadie se libra, sino corrupción institucional. Sobre todo financiación de los partidos etc. En este punto la conclusión fue muy fácil y sencilla: sabiendo que las campañas electorales son parecidas entre los distintos partidos, si unos se financian irregularmente: ¿cómo lo hacen los otros que se gastan lo mismo o más? y siempre muy por encima de los límites fijados por las Juntas Electorales correspondientes. Bueno, el que quiera mirar para otro lado que lo haga. Los medios de comunicación, por ejemplo, dueños de poderosas empresas de publicidad, márquetin y comunicación, esos que se rasgan las vestiduras cuando aparece alguna noticia de financiación irregular, saben perfectamente lo que se cuece y que ellos son los mayores beneficiados de esa vorágine de gasto.
En otro punto estuvieron los recortes, en este caso como elemento justificativo de no juntarse con el PP. Pero cuando pregunté a mis interlocutores, si los recortes no podían ser consecuencia de la obligación de pagar el gasto excesivo y sin tino de los gobiernos socialistas, la mayoría me contestaron que lo más probable. Eso sí, allí no había nadie tan iluso como dar como posible solución no pagar las deudas. Puse un ejemplo ilustrativo: en Talavera se ha hecho famoso un puente sobre el Tajo que no va a ninguna parte, ha costado cerca de cien millones de euros. La misma cantidad que le echaban en cara el otro día a María Dolores de Cospedal, que no se gastó en el inconcluso Hospital de Toledo, que lleva camino de competir con el Escorial.
Cuál era por tanto la verdadera razón para no llegar a ningún acuerdo. La hay y no es ideológica, ni económica, ni social, en consecuencia no es de carácter político. La verdadera razón es de concepción del orden democrático: los partidos políticos en España, no conceden legitimidad democrática a los diputados del PP. Es algo así como el “cordón sanitario” solo que sin mencionarlo. Es puro y duro “apartheid”.
En eso estuvieron todos de acuerdo, alguno explicó que el PP se ha dejado sobrepasar por un mensaje que ha extendido la izquierda y que incluye al PP en lo políticamente incorrecto, y como todo lo políticamente correcto o incorrecto, muy sutil, muy vago, muy poco concreto, pero muy eficaz  y difícil  de luchar contra ello.
A mi juicio ese es el verdadero problema del PP. Ese idea muy extendida que le convierte en persona non grata. Incluso cuando, como en el caso de Rajoy, salvas de la extinción miles de puestos de trabajo por decenas de años, en tu pueblo, y los trabajadores beneficiados te lo agradecen quedándose en su casa, cuando se aprueba un acuerdo en el ayuntamiento para nombrarte persona “non grata”. A lo mejor les daba vergüenza sacar la cara por alguien del PP por más que estuviera salvando en pan de sus hijos. A estos extremos estamos llegando.
Y de qué viene todo esto, pues muy sencillo, de no asumir que los del PP tenemos que hacer las cosas de otra manera, poner en valor nuestros postulados y luchar sin complejos por convencer a la gente de su beneficio, evidenciando la demagogia y el poco fuste de las alternativas de la izquierda y demás formaciones emergentes.
Ahora bien, eso supone una unidad de acción sin fisuras. Ese sí que es un problema que tiene el PP. La falta de convencimiento de unos líderes desbordados por criterios ajenos, y que parece que más que luchar por los suyos, lo que hacen es justificarse ante los contrarios. Y eso no se soluciona con buena voluntad, sino creando las condiciones en la formación y elección de los líderes del partido a todos los niveles. No propiciando una especie de acomodados, celosos solo de lo suyo y poco dispuestos a quedarse en el “campo de batalla” de las ideas En estas circunstancias no es de extrañar la proliferación del “fuego amigo”, como mejor solución para progresar dentro de la organización, y que tan buenos resultados proporciona a los adversarios. “Hay que cazar con hambre” y en el PP hay demasiados “con los sentidos muy llenos de pan”.
No contamos para aquellos  que insatisfechos de sí mismos y de su circunstancia, o por puro interés, hacen al gobierno del PP responsable de todos sus males y se justifican negándole cualquier mérito, haciéndole objeto de todo tipo de insidias, de conspiraciones y montajes. Además, no hay problema, sale gratis, y eso lo saben todos los agentes sociales, económicos o institucionales de este país, que no paran de fustigarnos con invectivas de todo tipo. Nos quieren solo para limpiar la casa cuando los güais la han dejado de mierda hasta el techo. En definitiva: “no nos quieren porque no nos hacemos respetar”.