lunes, 27 de junio de 2011

TOQUE DE ORACIÓN

Estaba contrariado por la pérdida del dos por ciento de mi pensión como consecuencia de la “mili”. Me sacaron de mi empresa para servir a la Patria, y resulta que los meses de servicio no cuentan para el cálculo de la pensión. “Así agradece el Estado español los servicios prestados” pensaba yo. Pero la noticia de los soldados heridos primero, y ahora de los dos muertos en Afganistán, me dieron una perspectiva muy distinta del asunto. Efectivamente todo lo que se arregle con dinero, no debe ser problema, y mi caso no dejaba de ser una cuestión de dinero. Más grave, sin embargo, es el caso de los soldados españoles, caídos o heridos por en este país y con este gobierno.
Mis primeros recuerdos de la radio tienen que ver con las noticias, entonces se llamaba “el parte”, que daban en aquellas radios de madera o baquelita de los años cincuenta. Recuerdo sobre todo las noticias que tenían que ver con una guerra también no declarada, como las actuales. Como dice el Eclesiastés: “no hay nada nuevo bajo el sol”. En la dictadura la guerra de Ifni, fue una guerra no declarada, en la que a diario, en aquellos partes, se daba cuenta de los “Tiradores de Ifni, legionarios o paracaidistas que iban cayendo.
Hace unos meses me mandaron unas fotos de unos militares que, a título particular, hicieron un homenaje a los caídos en aquella guerra y en concreto en una de sus acciones más meritorias, en Edchera, en la que murieron más de cuarenta soldados, y en las que se concedieron dos laureadas, a un brigada y a un legionario y varias medallas militares. Murieron más de cuarenta legionarios, con las balas, fabricadas en Toledo, que Franco proporcionaba a Hasan.
Hace unos días todos fuimos testigos de la repatriación de los soldados heridos en una acción de guerra. Desgraciadamente pronto recibiremos las de los soldados caídos en el día de ayer. En todos los casos el denominador común es el mismo, tratar de que la cosa pase desapercibida. La Chacón hará algunas fotitos para repartir a la prensa, y la menor cobertura mediática para que los españoles no nos enteremos de de que en España están cayendo soldados en una guerra.
¿Qué diferencia hay con la guerra de Ifni?. Ninguna. En los dos casos se intenta tapar que estamos en una guerra, y que como consecuencia mueren soldados. De nuevo el Eclesiastés.
Pero eso no es lo más grave, lo más grave es la actitud de la sociedad española y de su gobierno ante unos soldados que han dado lo más importante que un ser humano puede dar por defender una bandera. Ya sé que esto no tiene tirón en las concentraciones de los “indignados”, pero si hay una razón para indignarse, es la de ver como un gobierno no es capaz de poner en valor a aquellos españoles que han dado su vida por defendernos.
Unos meses atrás vi el video de la repatriación de unos soldados canadienses muertos en Afganistán, daba envidia ver como la autopista que unía el aeropuerto con Toronto, se convirtió en un rosario de homenajes espontáneos de bomberos, policías y particulares al paso del cortejo fúnebre.
El mes pasado en Bolonia me sorprendió que en la puerta del ayuntamiento estuvieran los nombres y las fotos de los caídos en la resistencia, durante la Segunda Guerra Mundial. En el atrio de una iglesia estaban los nombres de los caídos en la Primera Guerra Mundial.
En Estados Unidos es famoso el muro en el que están los caídos en la guerra de Vietnam, que se ha convertido en lugar de peregrinación de miles de estadounidenses.
En Luxemburgo es inevitable la visita al cementerio de la batalla de las Ardenas, y la tumba de Patton.
Da lo mismo si la guerra es buena o mala, legal o ilegal, progresista o reaccionaria. Los que mueren no saben, ni quieren saber nada de eso; solo cumplen órdenes, solo luchan por su compañero, por su unidad, por su bandera. Así debe ser, y por eso así debemos reconocérselo.
Solo el Pueblo que es capaz de reconocer el sacrificio supremo de los suyos, puede llamarse Pueblo. Solo el País que es capaz de reconocer a los que dan la vida por él, puede llamarse País. Solo el Estado que pone en primer lugar, con el honor que merecen, a sus mártires puede llamarse Estado. De lo contrario ni hay Estado, ni hay País, ni hay Pueblo, a todo lo más una cuadrilla de gilipollas mirándose el ombligo.

martes, 21 de junio de 2011

DIECISEIS A SEIS

Ese es el resultado de que gobierne el PP o el PSOE. En el Ayuntamiento de Talavera, gobernado por un alcalde popular solo habrá seis liberados, en el de Toledo gobernado por un socialista dieciséis. Talavera tiene más habitantes que Toledo.
Alguien podrá pensar que es cosa de poco. Aquello del “chocolate del loro” pero además de que son demasiados loros a comer chocolate, sería ingenuo ver este hecho solo desde la perspectiva del chocolate. Mas bien lo que este hecho encierra es una manera de hacer política, o de entenderla. Es sobre todo una cuestión de pudor, o de vergüenza, si se quiere. Es entender el ejercicio de la política como una actividad de servicio donde el sueldo solo se justifica por una dedicación extensa, o si se entiende como la oportunidad de vivir cuatro años del presupuesto con la mínima justificación.
Este dato debería ser analizado por los próceres de nuestro partido para ver donde le duele al PSOE. Si caemos en la tentación de negociar abultados gabinetes, liberados a mansalva y gastos de grupo desproporcionados, lo que realmente estamos haciendo es financiar nuestra derrota.
Bono quitaba el sueldo a los diputados del PP cada vez que quería que le aprobásemos alguna ley, lo hizo dos veces, al menos de dos fui testigo. En otra ocasión despidió a la mitad de los empleados del grupo parlamentario, en plenas Navidades. Retuvo las subvenciones del grupo parlamentario dos años, antes de las elecciones del 95, so pretexto de malversación, cosa que se demostró falsa, eso sí, una semana después de celebrarse las elecciones. El magistrado que sentenció la cosa dijo que la sentencia estaba preparada antes de la cita electoral, pero esperó a que se celebraran “para no influir en el resultado”. Se le olvido decir que durante dos años Bono estuvo llamando ladrones a los diputados del PP, y para no influir en el resultado la sentencia debería haberse hecho pública antes de esas elecciones.
Bien, pues del maestro el consejo. Como además estamos en época de crisis, lo que se debe ejercer es la austeridad, y en buena lógica esa austeridad debe empezar por los políticos predicando con el ejemplo. Pocos liberados y poco dinero, que a nosotros nos faltará gente para llenar tanto hueco…..a…se me olvidaba: urgente un proyecto de ley que revoque los artículos de la Ley del Gobierno donde se recoge que los expresidentes tienen derecho a puesto en el Consejo Consultivo, asesores, despacho, coche chofer y demás prebendas.

Como nos vean "blanditos", cuando se recuperen del "sopapo" nos comen por los pies.

P.D. No puedo dejar de mamnifestar que del discurso de ayer de María Dolores, lo que más me gustó fue la supresión del Consejo Económico y Social. En la Comisión sobre el incendio de Guadalajara, dije de ese organísmo que era como el "vertical". Desde eso momento el Sr, Mata sindicalista de clase y presidente del "ente", no dejó de aprovechar cualquier ocasión para echarmelo en cara. ¡¡Pero si es que es el vertical en estado puro!!. No tengo por menos reconocer que hoy cuando he escuchado sus declaraciones "doliendose en varas" he disfrutado. Chicos esto de ganar tiene su puntito

viernes, 10 de junio de 2011

QUEMANDO RUEDAS

Cuentan que en uno los primeros Consejos de Ministros del gobierno de José María Aznar, después de las elecciones del año 96, el Presidente tuvo que advertir a algunos ministros de que “no derraparan en las curvas”. Parece ser que el ímpetu de algunos de ellos daba lugar a situaciones comprometidas que en nada beneficiaban a la labor del gobierno, en el comienzo de lo que debería ser una larga carrera
En el caso de Castilla la Mancha, podríamos advertir a nuestros compañeros que no convendría salir “quemando ruedas” en lo que sin duda también será una larga carrera.
Las imágenes de crispación, ansiedad y falta de control de las que hemos hecho gala en estos días dicen poco de la serenidad y el aplomo que es exigible a un equipo de gobierno. Se pueden decir las cosas que sean necesarias decir, se pueden denunciar situaciones de falta de claridad y transparencia, se puede incluso enunciar alguna sospecha; pero desde la serenidad del que se supone debe controlar cualquier tipo de situación por difícil que ésta pueda resultar.
No están las cosas para meter más presión a unos ciudadanos, de por sí, ya vapuleados por la crisis. Pero sobre todo no se puede meter el miedo en el cuerpo a tanta gente. Que los empresarios lo tienen difícil para cobrar, eso lo saben ellos más que nadie, pero también saben que solo con el PP en el Poder tendrán la oportunidad de cobrar algún día. De nada sirve, por tanto, incidir en el tema.
Pero no es admisible poner en duda el cobro de las nóminas de los empleados públicos. No solo por el susto que supone para estos empleados, mileuristas, que las pasan de a kilo para llegar a final de mes, sino por la imagen que de la Región se daría, si esto llegase a ocurrir. ¿A caso piensan los diputados regionales que no cobrarán la nómina de julio? Por que ellos deberían ser los primeros en no cobrar, o los últimos en cobrar, si hubiese dificultades financieras.
No se puede alarmar haciendo más difícil la marcha de una economía ya de por si maltrecha, Aunque haya razones para quejarse, hemos ganado las elecciones y los ciudadanos nos piden soluciones, no quejas. ¿O es que cuando nos presentamos no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar?
El humo y olor a goma quemada no es el mejor comienzo para una legislatura, ya sabemos que hay dificultades, siempre las hemos tenido cuando el PP entra en las instituciones. Podría contar lo que me encontré en el Ayuntamiento de Toledo cuando entramos en el 95, yo era a la sazón Concejal de Hacienda. Endeudamiento a tope del permitido, operaciones de tesorería al máximo, 2000 millones en facturas: la luz de toda la legislatura y el servicio de limpieza y recogida de basuras de cuatro años, y cuando pensaba que ya estaba todo contabilizado, aparecieron 450 millones de albaranes sin facturar. Pero salimos adelante.
Para eso nos quieren los electores para resolver los problemas que crea el PSOE. ¿O es que alguno se piensa que hemos ganado las elecciones por el tirón de los componentes de las listas?

domingo, 5 de junio de 2011

NUEVA OPORNUNIDAD

Las elecciones municipales y autonómicas han resultado ser un éxito para el Partido Popular, la marea se ha llevado por delante los bastiones más sólidos del socialismo. Algo parecido vivimos en el 95, pero sería bueno recordar que aquella fiesta apenas duró una legislatura.

En aquella ocasión fueron los desmanes de Roldan y demás compañeros mártires los que le dieron el gobierno al PP. En esta han sido los de un presidente iluminado rodeado del mayor grado de mediocridad nunca visto en gobierno alguno.

Pero sería bueno no engañarse y eludir un elemento presente en estas elecciones que no se dio en las del 95. Me estoy refiriendo al hartazgo que de la clase política tiene el pueblo en general. Muchos de los votos que hemos recibido son consecuencia de la determinación de infligir al partido gobernante el mayor castigo posible, de salvar lo poco que va quedando de una España maltrecha, victima de las ocurrencias de un gobierno de incapaces. Pero otros muchos nos votaron para darse a sí mismos la oportunidad de agotar todas las posibilidades democráticas, entre la que lógicamente se encuentra el PP.

Sería un error pensar que hemos ganado estas elecciones porque somos los mejores. Muy al contrario el pueblo español nos ha dado esta oportunidad, no para demostrar que somos mejores, sin para demostrar que somos distintos.

El pueblo español nos ha dado su confianza no solo para que gobernemos mejor, con los antecedentes sería tarea fácil, sino para cambiar un estado de cosas que nos han llevado a una situación política caracterizada por un deterioro democrático sin precedentes.

Y el que no vea esto es que está ciego, y no pasarán muchos meses antes de que se lo digan en la calle. Si los necesarios ajusten no van acompañados de cambios profundos en las comportamientos, las concentraciones del del 15-M serán un juego de niños comparado con lo que nos espera.

Tan importante como controlar el gasto corriente, el endeudamiento, o el capítulo de personal, es que cuando los políticos se tomen una caña, un café, o coman fuera de su casa, lo paguen de su bolsillo, ¡coño que algunos ni eso!

Pero además hay un elemento que en el PP nunca hemos abordado con determinación. Me estoy refiriendo a la necesidad de hacernos respetar. A lo largo de mi vida política me he encontrado con personas que a pesar de manifestar su afinidad política con nuestro partido, les faltaba tiempo para ponerse al servicio del PSOE. No se si sería por miedo, por interés, por necesidad, o por el cariño que les daban, pero así era. El resultado era demoledor por la credibilidad que suponía, para los socialistas, que personas que manifestaban claramente su afinidad con nosotros, se pusieran sin recato al servicio de nuestros adversarios políticos.

Se hace por tanto imprescindible que seamos capaces de generar ese respeto, no se si en base al miedo, al cariño o al interés, pero si no lo hacemos, cuando pase el subidón electoral, empezaremos a notar como se mueve la tierra bajo nuestros pies. Tierra minada por casi treinta años de poder omnímodo de los socialistas. Los deudos de ese régimen están ahí, agazapados en las instituciones, en los cuarteles de invierno , prestos a dar la batalla al menor signo de flaqueza.

Sería un error, que ya cometimos en el 95, hacer méritos ante estos deudos, a la espera de recibir su placet, su certificado de demócrata, o el título de progresista. Para hacernos respetar en primer lugar tenemos que respetarnos a nosotros mimos, y dejar claro que nuestra ideología, nuestros criterios políticos son homologables con los de cualquier democracia occidental y que a diferencia de los postulados de la izquierda van en orden al bien común, en vez del ir en beneficio de la parroquia.

Y todos aquellos que durante lustros convirtieron esta tierra en una satrapía indecente que ahora la disfruten en su casa acompañados, si hace falta, de aquellos de los nuestros que no estén dispuestos a dar esta batalla, sin duda la primera y la más importante que debemos ganar.