domingo, 29 de julio de 2012

QUERIDO FUNCIONARIO

Querido funcionario:
 Entiendo tu malestar como consecuencia de los recortes del Gobierno, tu indignación incluso. Cuando se tiene un salario ajustado y adaptas tus necesidades a ese salario, y tú puedes hacerlo porque es seguro que lo cobrarás; cualquier modificación, a la baja, descabala el orden de tu vida.
 Eso es cierto, pero no lo es menos que ese salario, en ocasiones, lo cobrabais a costa de la ruina de muchas empresas que tenían que esperar meses, cuando no años, para cobrar las facturas de los bienes y servicios prestados a la Administración. Que esas empresas también tenían trabajadores con salarios muy ajustados, mucho más que el tuyo, que también tenían organizada su vida, y que de repente se vieron en la calle, porque no les pagaba esa Administración. ¿No te indignabas cuando los trabajadores de esas empresas, que en muchas ocasiones estaban trabajando a tu lado, dejaron de cobrar?
Se dice que los funcionarios ganan poco, bueno eso siempre es relativo, pero lo que ya está claro es que cobráis más que la mayoría de los trabajadores; ya no es como antes, ni vuestras oficinas son como aquellas de hace años, no, ahora estáis por encima de la media en cuanto a remuneración, equipamiento y confort. Lo más grave de todo esto es que para pagar esos salarios y ese nivel tenemos que pedir dinero prestado, lo que trae como consecuencia que vuestro estatus sale un poco más caro de la cuenta. Parece ser que los recortes de la paga de Navidad no afectan a los que ganan menos de 1000 € al mes, y salen los sindicatos diciendo que en esa cantidad solo están unos quinientos. ¿Sabes cuantos trabajadores en este país, con currículos de infarto no llegan a esos 1000€?: millones. 
Ya sé eso de que tú hiciste una oposición que te costó muchas horas de “quemarse las pestañas” ante el temario. Pero tú también sabes que a esas oposiciones muchos iban con el examen debajo del brazo, que se lo había pasado el del sindicato, partido, o miembro del tribunal, y eso no os indignaba. Podríamos hablar de esos concursos-oposición, en los que más de la mitad de la nota la daban los cursitos que solo los mejor informados podían hacer, y los méritos se fijaban a la medida de los que, previamente se sabía que debían aprobar, y eso no os indignaba. No vamos hablar de las empresas públicas, porque allí ni siquiera un mal remedo de prueba selectiva se hacía: allí aparecía la “niña” o el “niño”, y punto en boca. Vamos, que lo de publicidad, mérito y capacidad, pasó a la Historia y vosotros no dijisteis ni pío. ¿Cómo no os sonrojáis ante la “sagas” de familias cuyos apellidos se repiten en la Administración y en los puestos mollares” . Ya sé que la culpa de eso la tienen los políticos. Claro en este país con los políticos todo se arregla. ¡Qué buen parapeto! Aunque tú sabes que en la promoción de determinados apellidos, los políticos tienen poco que ver, pero claro si el político retoza…, y mejor que retoce, así los frailes lo tenemos más fácil.
 Es cierto que una de las razones de la crisis que ahora tenemos que pagar, es el despilfarro de la Administración. Y yo me pregunto: ¿Dónde estaba el control de los funcionarios que estaban para eso? ¡Qué se lo pregunten a la Sra. Araujo!, responsable directa de la ruina de la Junta y de su Caja de Ahorros, a la sazón Interventora General antes de pasar a mejores puestos. ¿Cuántos funcionarios se plegaron, cuando no cubrieron, los desmanes de los políticos, en busca de un “nivel treinta”… por poner un cándido ejemplo?
 Porqué no hablar del trato que se dispensa a los administrados. Ya sé que tú en las relaciones con la Administración tienes la ventaja de “ser de la casa”. Pero no te cuento las que pasamos los curritos de a pie. Estamos a merced, no de las leyes, que de eso nadie se queja. Ni siquiera de los reglamentos, puestos ya hace tiempo en entredicho por el Conde de Romanones. Sino de las órdenes, las circulares, las notas interpretativas, en definitiva del capricho de una Administración que a través de argucias desvirtúa el sentido real de las leyes para adaptarlas a su conveniencia, comodidad e interés. Y ante eso no reclames la ayuda del funcionario de turno, él está al servicio de su casta, y si quieres justicia te vas al contencioso. Imagino conoces como, cada día más, los recursos se contestan con fotocopias de una carta tipo, o por silencio, sin que los razonamientos alegados pacientemente por el ciudadano merezcan ni siquiera ser leídos.
 Sé que las generalizaciones son odiosas, además de injustas, pero también sabes que de lo dicho anteriormente hay demasiados casos. Casos que han tirado por tierra el crédito de la, en otro tiempo, bien considerada Administración Pública. Posiblemente, o si quieres, seguro que no eres responsable de esos comportamientos, pero seguro que si lo eres de no haber luchado por evitarlos. No creíste necesario defender tu profesión, creíste que estabas a salvo de todo. ¡Eras funcionario! Ahora, injustamente, os metemos a todo en el mismo saco.

miércoles, 4 de julio de 2012

CATÓLICO Y DE DERECHAS

Católico y de derechas. Así resumía un comentarista, días atrás, la peripecia del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar. No le faltaba razón. Solo si eres católico y de derechas pueden arruinar tu carrera y destituirte de tu puesto, porque te comiste una tortilla francesa en un hotel de cuatro estrellas de Marbella, a pesar de sentencia favorable. Como otro católico y de derechas, también con sentencia favorable, tuvo que dejar su puesto y arruinar su carrera por dos trajes de por medio, si es que los hubo. Si eres católico y de derechas, también pueden insinuar, como un baldón, tu inclinación sexual, aunque sea una falsedad. Es que si eres católico y de derechas, el lobby gay nunca alzará la voz en contra de la utilización interesada de esa condición. 
 Si eres de derechas sin expresar formalmente tu condición de católico a lo mejor te libras, según los casos, ahí andan hoy si, mañana no, Bárcenas, o Ignacio González. Moltó se libra, pero A Rato seguro no le pasará lo mismo. 
Si eres católico y de izquierdas esas cosas no te pasan: puedes tener un patrimonio inexplicable a la luz de la Razón y las Matemáticas. O puedes justificarlas con el adelanto de un editor, de una cantidad astronómica, por unas memorias que sin duda serán el peor negocio que hará la editorial. So pena que le esté pagando otras cosas y no los ejemplares que se puedan vender del librito.
 Si eres de izquierdas a secas, entonces no tendrás ningún problema, puedes hacer lo que te dé la gana por que no habrá juez o fiscal anticorrupción que te meta mano. Porque los de izquierdas tienen en su código genético que lo público no es de los españoles, sino suyo, y pueden disponer de ello a su antojo. ¿Que los hijos del expresidente andaluz, hacen “mangas y capirotes”, en la administración andaluza, a costa de sus papás? Pues claro, ¿Quién mejor que ellos? ¿Qué en los EREs que pagábamos entre todos, metían a toda la parentela, muchos de los cuales no habían pisado aquellas empresas en su vida? Pues claro, pobrecitos ¿qué mejor que cobrar una pensión sin haber dado un palo al agua? Lo de colocarlos en la Administración Pública esta anticuado: allí hay que simular una oposición, e incluso ir a trabajar todos los días, que aunque sea solo ir ya es bastante trabajo; y además es que ya no caben tantos. En una segunda fase inventaron lo de las empresas públicas: allí no había que simular la oposición, simplemente te contrataban, pero también había que ir. Bueno no en todas, en Andalucía hay una empresa pública que se formó en la Expo del 92 para construir un puente entre España y África, y ahí siguen esforzándose…. en cobrar todos los días sin hacer, siquiera, ni ganas de comer. Pero hay que reconocer que lo de los EREs es la obra cumbre de la ingeniería administrativa al servicio del golfeo. Ya veremos lo que queda de este escándalo… y de la juez Alaya, una entre mil. 
Lo del Consejo General del Poder Judicial ha dejado a las claras en manos de quien está la Justicia, de este sainete lo único que me ha quedado claro es que Carlos Dívar era el más honesto de todos ellos. Y que más vale que no caigas en sus manos. Sobre todo si eres católico y de derechas.