martes, 11 de septiembre de 2012

EXHIBICIONISMO POLÍTICO

En pocos días hemos sido testigos de dos casos de exhibicionismo en el ambitito de la política. El primer caso lo hemos tenido con la concejala de Los Yébenes: un caso que lamentar, sobre todo por ella, que ha visto su intimidad expuesta ante medio mundo. Cometió un error al gravarse, por lo demás no deberíamos escandalizarnos y ver la paja en el ojo ajeno, sin ver el pajar de cada uno. En lo que sí se ha equivocado esta chica es en intentar implicar a la alcaldía y más cuando ha tenido el apoyo tanto de sus compañeros de partido como de los del adversario. Pero qué podemos esperar: son socialistas, y de suyo manipuladores.
 El otro caso de exhibicionismo lo hemos tenido en el Debate del Estado de la Región, con la propuesta estrella de María Dolores. Reducir el número de diputados está bien, quizá ese sea el camino de poner a las CC.AA. en su lugar, y terminar con sus ínfulas legislativas, origen de la salva legal y reglamentaria que atasca la Administración y desespera a los administrados.
Lo de quitar el sueldo de los disputados es un brindis al sol, es un guiño a la galería sin ningún resultado práctico, y más cuando sean veinticinco, pues seguro que habrá diputados que cobrarán: miembros de la mesa, portavoces, secretarios de los grupos, viceportavoces, etc. Los que queden no darán a vasto a cobrar dietas, si se quieren cubrir todas las comisiones
. Lo que lamento de esta decisión efectista es que no entra en el fondo del asunto, como escribía en mi anterior artículo, Se sacrifican unos diputados como en el circo romano se sacrificaban unos cuantos cristianos de vez en cuando para aplacar las iras del respetable. Esta decisión se parece mucho a las que tomaba Bono caracterizadas por amoldar la actividad política a su personal situación, estado y conveniencia, sin que ninguna de esas decisiones le afectaran lo más mínimo. Cabría preguntarse: ¿en que afectan estas decisiones a la situación personal de la Presidenta y de los que la rodean? ¿No se podrían haber tomado decisiones de mayor calado, y por tanto de más credibilidad, si éstas afectaran también a los intereses del “cogollo gobernante” y de su aparato. Los líderes deben dar ejemplo, si esa ejemplaridad nunca serán líderes; serán amos, dueños, jefes, pero nuca tendrán la autóritas indispensable en cualquier liderazgo.
 Otra consecuencia no deseada es la sensación de desorden que damos como organización. Un partido en el gobierno de España no puede tener a sus líderes regionales, haciendo de su capa un sayo, para ver “quien mea más largo”. Quien tiene esa feliz ocurrencia que le permita salir cuatro días en los medios de comunicación, de paso que deja en evidencia al resto de sus compañeros. Estas cosas yo creo que deben debatirse en el seno del partido y tomar decisiones que sean homologables, sino para todos, al menos para la mayoría. Todo lo que no ajuste al imperativo categórico, es demagogia. Esto no se ajusta.
 Lo que si tiene de bueno esta decisión es la cara que se les ha puesto a los socialistas, y me alegro. Deberían acordarse de cuando Bono dejó dos años a los diputados del PP y a su Grupo Parlamentario sin una peseta entre los años 1992-95 con un ardid, desmontado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla la Mancha, por supuesto, no cabría esperar menos de tan excelso tribunal, una semana después de celebrarse la elecciones que ganó Bono por cuatro votos. O cuando en dos periodos distintos quitó el sueldo a los diputados para forzar la aprobación de la Ley del Gobierno y del Consejo Consultivo, donde él se ponía sueldo, chofer, secretaria y despacho, para cuando dejase de ser presidente; o cuando quiso sacar la Televisión Regional. Parece imposible de creer: pero Bono quitaba el sueldo discrecionalmente a los diputados, para conseguir todo aquello que deseaba, y quitaba los recursos al Grupo Parlamentario para sacar ventaja electoral. En fin Emiliano: que donde las dan las toman.