sábado, 14 de diciembre de 2013

PAGADOS DE SÍ MISMOS

La ruptura del PP con respecto a su electorado y a los grupos sociales que le sustentaban es una realidad que denunciaba en mi anterior artículo. Pero lo más grave es que esa ruptura se está produciendo con su militancia, con sus afiliados y simpatizantes, un grupo numeroso y abnegado de personas que han sido nuestro sostén, al menos cuando las cosas iban mal.
Esa ruptura se ha escenificado de manera nítida en el fracaso o no convocatoria de las comidas de Navidad, tradicionales desde que existe el partido. ¿Dónde quedan aquellas celebraciones donde se sobrepasaban sin problemas los mil quinientos comensales? ¡Cuando no teníamos poder! Cuando lo único que podíamos ofrecer era cariño y palmadas en la espalda.
Pero aquellas comidas y cenas eran el sustento emocional y hasta ideológico de muchos militantes. Era la manera de decirles a todos que pertenecíamos a una familia, Era la manera de infundir ánimos, de dar consignas, en definitiva de dar la cara.
Ahora en el poder, con todo a nuestro favor, lo aviamos con una Junta Directiva. Es decir: los instalados se juntan y se aplauden así mismos, sobre todo a la jefa, y se van a su casa tan a gustito.
Las razones se me escapan.
Puede ser una cuestión de comodidad. Es cierto que la asistencia a estas comidas era  difícil de llevar, en días en los que todo el mundo se mete en celebraciones. Pero hombre, si te traen y te llevan en coche oficial, tampoco la cosa es para tanto.
Puede ser por miedo al fracaso. A la gente le da por comparar: con las celebraciones del PSOE, con las propias de años anteriores, de unas provincias con otras…y aquí nadie quiere arriesgar el poco o mucho prestigio que tengan. Los líderes de quita y pon, mayoría en la actualidad, no arriesgan.
Puede ser por miedo a dar la cara. Estas convocatorias llevan mucho movimiento de teléfono, y a lo mejor hay que marcar el teléfono que días atrás no atendimos, porque teníamos muchas ocupaciones como para hacer caso a los plastas de los militantes. No digamos lo difícil que es el cuerpo a cuerpo, inevitable en estos sitios. Lo mismo hasta te sacan los colores. Y no digamos si salta algún francotirador.
En definitiva todos son inconvenientes.
Pero la verdadera razón no es esa, porque todo eso y más son capaces de hacer los dirigentes actuales de nuestro partido cuando a ellos les interesa. La razón es la fractura entre los dirigentes de nuestro partido y sus bases. No hay contactos con la militancia. Esa ausencia de contactos se hace más evidente en estas celebraciones de Navidad, pero es continua  y constante a lo largo del tiempo.
Los actuales dirigentes pagados de sí mismos, se creen que sacaron los puestos que tienen por oposición, o por méritos, y no al partido que los sustenta. Por eso detestan la relación con las bases. Por eso evitan los contactos con ellas. Son los únicos que les pueden recordar por qué están ahí. Estos que cuando vengan mal dadas, se irán a su casa; donde estaban cuando la guerra de Irak, o el 11-M, a disfrutar de las ventajas y prebendas acumuladas en su mandato.
En definitiva no hay partido, no hay un grupo social e  ideológico. No lo hay porque no quieren que lo haya. No lo necesitan, porque cuando el mandar se termine ellos desaparecerán. Tienen lo que necesitan, un grupo de capataces y furrieles a órdenes. ¿Para qué más?