jueves, 13 de enero de 2011

EL CANDIDAT@ A LA ALCALDÍA E TOLEDO

Dada la expectación existente entre el público por la designación del candidato-a a la alcaldía de Toledo, algunos amigos me piden que me “moje”.
Ya en su día en este mismo blog, hablé sobre el particular: hacer algo parecido a lo que se hizo en el año 95, cuando se ganaron los ayuntamientos de Toledo y Talavera. En aquella ocasión recurrimos en el caso de Toledo a un joven J.A.S.P (joven aunque sobradamente preparado), Agustín Conde y en Talavera a un líder empresarial en la persona de Florentino Carriches. Tanto uno como otro, resultaron ser los mejores alcaldes que nunca tuvieron, hasta el día de hoy, ambas ciudades. En solo cuatro años, consiguieron transformarlas, las sacaron de la ramplonería cateta que las embargaba y las situaron en las puertas del siglo XXI. Sé que muchos no opinaran lo mismo, pero esta afirmación se basa en el conocimiento personal y profundo de lo que fueron aquellas legislaturas, en las que no solo se hicieron cosas muy importantes, si no que se marcó el camino a seguir en las siguientes. Después de Agustín y Florentino, los que les sucedieron solo tuvieron que seguir el guión que minuciosamente aquellos dejaron escrito.
¿Se podría hacer ahora lo mismo?, sin lugar a dudas. En el caso de Talavera, designado el candidato la cosa ya no tiene remedio, y en consecuencia no voy a entretenerme en posibles que no se pueden dar. En el caso de Toledo la cosa todavía podría arreglarse.
Parto de una opinión que no se si será admitida por todos: a Emiliano va a ser difícil desbancarle. No quiero extenderme en las razones para que nadie me acuse de enaltecimiento del adversario. Aunque no deja de ser cierto que los pocos aspirantes del PP a tan importante magistratura, y las pocas ganas demostradas por los posibles, no dejan de darme la razón en la opinión anteriormente expuesta.
Descartados los nombres de Agustín y Arturo, lo cual me parece lógico, bien es verdad que por razones distintas, no voy a entrar en opinar de los otros nombres que suenan por que a lo mejor les hago un favor. Pero como me piden que me moje voy a dar una opinión sincera: creo que en el entorno del partido hay personas, líderes en su profesión o en su representación social, como fue en su día el caso de Florentina Carriches que darían buen juego. Y dentro del propio partido también, en la actualidad, hay J.A.S.P de valía contrastada, capacidad y experiencia política: Natalia Tutor es un ejemplo, que además tiene buen cartel en la izquierda moderada de Toledo.
Ya sé que esto que termino de escribir producirá salpullidos entre algunos dirigentes, pero yo estoy hablando de ganar las elecciones municipales en Toledo, no en montar un partido de amiguetes.

lunes, 3 de enero de 2011

LOS CLICKS DE FAMOBIL

Con la marcha de Cascos termina la lenta pero inexorable aniquilación, dentro del PP, de lo que fue el mejor gobierno de España de los últimos tiempos, el que la colocó en las cotas más altas de riqueza y de prestigio internacional. Solo Arenas, que fue el primero en verlas venir, refugiado en su “cortijo” andaluz aguanta, con la esperanza de ver caer la alcazaba del califato socialista, y Esperanza, ejerciendo de “verso suelto”: consecuencia de los éxitos electorales de los que muchos de sus jefes están ayunos, y de una rotundidad ideológica que incomoda sobremanera a un aparato posibilista y demoscópico.
El congreso de Valencia sentenció un modelo de partido, que tiene sus antecedentes inmediatos en la reciente historia de España, con los gobiernos de Canovas y Sagasta, o en el partido único de la Dictadura.
El PP abandonó sus principios ideológicos, para junto con el PSOE, conformar un “corpus políticus” donde lo importante es estar. De esta manera se configura una especie de partido único con dos cabezas diferenciadas más por cuestiones de forma que de fondo. O como ocurrió con los partidos políticos en los gobiernos de la Restauración, donde lo más importante era repartirse el poder, por turnos, entre liberales y conservadores, aún a costa de manipular las urnas.
Aquellos partidos cauce de anhelos ideológicos pasaron a la historia. Aquel impulso interior que nos movía a cambiar las cosas para mejorar la sociedad en la que vivíamos, se ha tornado en puro y simple acomodo. Los partidos se burocratizaron y se han convertido en un remedo de ministerios, donde lo importante es aplaudir al ministro de turno, porque en este ministerio no se entra por oposición, sino por decibelios; los que seas capaz de generar con el aplauso entusiasta.
Los partidos y desde luego el PP, han perdido su condición de organizaciones de base, para convertirse en nomenclaturas, donde los congresos se han convertido en juegos florales, y los órganos de gobierno en amalgama de personas que son consecuencia, más de la voluntad del designado, que de la expresión de las bases.
En los tiempos de escasez el impulso ideológico era el motor imprescindible, pero hoy después de que los partidos se inventaran el “ministerio de la oposición” todo el mundo cobra: los que mandan por que están en el gobierno, y los de la oposición porque están en un ministerio que es una delicia, se cobra lo mismo que en el del gobierno, pero si responsabilidades a las que hacer frente.
De esta manera los políticos de raza han caído en desuso, y los partidos se están llenando de clones, menesterosos, aplaudidores, entusiastas del “si señor”, que como los “clicks” de Famobil, solo tienen que cambiarse el sombrero para pasar de ser pirata a ser granjero, o soldado romano.