lunes, 27 de octubre de 2008

ENTREVISTA DIARIO "LA TRIBUNA DE TOLEDO" 26/10/2008

César Gómez Benayas • Ex presidente provincial del PP de Toledo

No está claro si ha sido él quien ha dejado la política o la política la que le ha dejado a él. Sea como sea, César Gómez Benayas ahora ve los toros desde la barrera y no le acaba de gustar el espectáculo que está dando el PP con una facción encabezada por Vicente Tirado a los que culpa de no tener escrúpulos para hundir al contrario con tal de seguir salvando ellos la cabeza. Su pena es que quien puede pagarlo es el partido en las elecciones. Su esperanza es que llegue más de una candidatura al congreso y que el voto secreto ponga a cada uno en su sitio.


«Tizón es la coartada de gente cuya mayor hazaña es encontrar cada 4 años uno a quien traicionar»

Federico Frutos / Toledo
¿Con qué se queda? ¿La gestión de Tutor, la reivindicación de los militantes de Rabalo o la revuelta de los cargos electos de Tizón?
Yo he firmado el aval a Natalia Tutor, pero no porque tenga nada en contra de los demás. A Manuel Rabalo le conozco desde hace mucho, era un militante que iba mucho por la sede, muy activo. Y Arturo García Tizón es un hombre con el que no he coincidido políticamente pero tengo referencias, y alguna conversación. Creo que en política ha hecho de todo, es un militante histórico.
A lo mejor el problema es que como ha hecho de todo, incluida la presidencia provincial, parece una reedición de sí mismo.
Arturo es un político de raza que llevaba años dedicado a su faceta de funcionario como abogado del Estado, lo que indica que tiene una gran preparación. Quizá por eso no se explica demasiado este nuevo reto, no va con su trayectoria política aunque a lo mejor lo hace porque piensa que puede hacer algo por el PP. En ese sentido tiene todo mi respeto.
¿Sería bueno que los tres candidatos lleguen al congreso y que allí elijan los compromisarios?
EL PP necesita una catarsis, necesita un congreso de confrontación de varias listas. Lo mejor que le puede ocurrir al partido es que ese día, los tres candidatos, ante 1.200 compromisarios, pudieran hablar. Luego que gane el que tenga que ganar. La experiencia es que el partido sale reforzado. Pero el objetivo de los oficialistas va a ser que tanto Manuel como Natalia no cuenten con los 230 avales.
Hablen o no, ¿el resultado no está cantado?
Por más que se intente orientar a los compromisarios, si logran hablar, allí puede pasar cualquier cosa. Quizá por eso algunos se preocupan mucho de que tanto Manuel como Natalia no suban a la tribuna
¿Cómo valora la impugnación de la candidatura de Tizón por incompatibilidad entre el puesto de diputado y el de presidente provincial?
Es una incompatibilidad que causó efecto cuando en las elecciones de 2004 yo quise ir al Congreso, porque tenía la ilusión de rematar mi vida política allí, y Ana Mato me dijo que era incompatible. Y tiene una lógica; no se puede ser presidente de 204 pueblos, con todos sus problemas y sus circunstancias, y luego ser diputado en el Congreso, y menos cuando eres portavoz adjunto. Y si lo que quiere es ser presidente para delegar en otro lo mejor es hacer presidente al delegado.
¿Por qué avala usted a Tutor?
Porque un partido en la oposición no se puede permitir bandazos. Natalia es una política de carácter, joven, con personalidad, tiene criterio, es buena comunicadora y ha hecho una magnífica labor, es decir, ha ganado elecciones. A un presidente provincial se le debe medir por los resultados en las elecciones locales. Ella ha sacado muy buenos resultados en los 204 pueblos y la Diputación ha estado a punto de ser nuestra si no es por alguna injerencia de Quintanar.
Además es presidenta en ejercicio. ¿En su etapa como presidente provincial tuvo alguna vez oposición?
Yo fui elegido en un congreso de confrontación pero una vez que era presidente ya nadie disputó el puesto. Pero tengo que decir que cuando ha tocado pelear por ganar congresos también se ganaban elecciones... y cuando nos los daban ganados, no sé por qué, se empezó a perder. De manera que un congreso movido tiene algo de revitalización del partido y, en ese sentido, la situación actual no me asusta. Lo malo es que se percibe una quiebra del partido importante.
Ruptura que se escenifica con el acto de proclamación de Tizón que montan los cargos electos.
Ya digo que no tengo ninguna reserva contra Tizón, pero Arturo debe saber que es la coartada de personas que probablemente no podrían salir a pedir la confianza a los militantes del PP de la provincia de Toledo. Son gente que su mayor hazaña es encontrar cada cuatro años a uno a quien traicionar para encaramarse en su cadáver y seguir siempre en los primeros puestos. Si quiere acometer una nueva línea, Arturo debería saber cuáles son los males que aquejan al partido e intentar resolverlos.
Tutor nos decía que han buscado a Tizón para contrarrestarla; que si ella no se presenta el candidato alternativo sería otro.
Creo que ellos no se sentían con fuerzas y han buscado una persona carismática y con prestigio. Se vislumbra que detrás de esa candidatura hay una incapacidad de los ‘oficialistas’ para ganar un congreso.
¿Tienen nombre los promotores?
Es una cosa más que sabida. El secretario general regional (Vicente Tirado) a lo largo de la legislatura ha estado intentando montar una dirección paralela en la provincial. Quizá los problemas de división del partido vienen de esa actitud.
Ellos van a apelar a la unidad.
La unidad no es un objetivo ni un eslogan, es una actitud que debe impregnar a diario el comportamiento de las personas con responsabilidad dentro del partido de manera que cuando ven que aflora la división la acometen con diálogo y trabajo para resolverla. Y_ellos han estado trabajando justo en sentido contrario. Han trabado para diferenciar, para quebrar, para dividir. Es una realidad. Tenían hasta nombre; ellos mismos se llamaban ‘los apóstoles’. De facto se montó una organización paralela y eso es lo peor que le puede ocurrir a un partido.
¿Qué quejas pueden alegar esos cargos electos para fomentar una candidatura?
Estos lo que no tienen es razón para quejarse. Al contrario, lo que tienen son motivos para darse besos cada mañana cuando se ven en el espejo.
Porque en el caso de Rabalo hay una insatisfacción de los militantes que hasta Tutor considera legítima.
En el PP siempre, y en Toledo ciudad especialmente, se da el caso de personas muy valiosas con las que quizá se comete el error de no contar con ellos. El motivo es que la salida natural a las inquietudes políticas de estas personas son las listas municipales pero las hace el candidato y, desgraciadamente, José Manuel Molina no siempre entendía que ese trabajo había que reconocerlo. A mí también me pasó, tanto con Agustín Conde como con Molina.
¿Se debe a la presión de las familias que denuncia Rabalo?
Los jefes siempre han tenido alrededor una cohorte, que es uno de los grandes inconvenientes de ser presidente en la provincia de Toledo. A mí me venían los jefes de uno en uno, de dos en dos y de tres en tres. Se amontonaban y encima no se llevaban bien, con lo cual me lo ponían muy difícil porque era imposible dar gusto a todos.
¿Cómo es la influencia de esa cohorte?
El problema es que hacen méritos poniendo a los demás bajo sospecha. Alguno de esos jefes me lo ha reconocido al final de su mandato.
¿Los presidentes regionales no se dan cuenta de esa táctica de la cizaña?
Solo este que digo se dio cuenta, pero ya era tarde. Los demás no dan señales de enterarse. No sé si la naturaleza humana es débil o es que ellos son muy hábiles.
En una empresa eso sería insostenible.
Alguna vez he contado mi amigo Alejandro Baldueza explicaba la incapacidad del PP para ganar la Junta diciendo que en este partido ‘no hay empresa’. Efectivamente, un partido debe tener algo de empresa. Hay que tener objetivos, hay que potenciar a la gente que trae resultados y hace bien su trabajo, hay que ayudar a quienes te ayudan y no son del partido... Por que a veces se les deja tirados. El PSOE eso lo cuida mucho y nunca deja a nadie en la estacada. Su mensaje es que quien les ayuda va a tener el reconocimiento, cuando no el pago, y a veces las dos cosas. En el PP no tenemos ese criterio y dejamos abandonados a quien nos echa una mano. Eso la gente lo percibe, resta confianza en el PP y al final pasa factura.
¿Es posible luchar contra esas cohortes?
Para eso el que manda debe tener mucha experiencia. Hay que ser humildes y no pensar que todo el que viene a darte palmaditas en la espalda pretende ayudarte. A lo mejor lo que quieren es hacerse valer desacreditando a los demás. Pero el inconveniente más gordo en el PP es que cada cuatro años nos mandaban uno nuevo.
Se refiere al candidato a la Junta.
Claro. Y además lo mandaban un año antes de las elecciones. Para una persona que llega nueva es muy difícil en tan poco tiempo determinar quién va de pelota y quien va de buena ley. Eso ha sido letal para el partido porque siempre hay expertos en encaramarse a la chepa del nuevo y han conseguido dejar en el camino a gente valiosa. Eso es producto de la manía de pensar que uno que viniera de Madrid era mejor que los que estaban aquí, en Castilla-La Mancha.
La última en llegar es Cospedal. ¿Confía en que va a quedarse, sobre todo ahora que tiene cargo nacional?
Hombre, debería quedarse, y lo digo porque lo ha dicho ella. Los compromisos hay que cumplirlos. Pero eso la compete a ella.
Cree que tiene potencial electoral.
Para una región políticamente tranquila como Castilla-La Mancha, María Dolores tiene a su favor la imagen. Por su cargo nacional está siempre en el candelero y eso es importante.
Por lo menos ha logrado preocupar al PSOE.
Es lógico, porque una de las políticas del PSOE respecto al PP era el silencio. De las iniciativas que hacíamos en las Cortes regionales, por muy brillantes que fueran, no se enteraba nadie. Sin embargo te ven en la televisión y ya saben que existes.
¿Y tiene Cospedal fuerza para poner orden en el interior del partido?
Creo que María Dolores ha delegado en demasía la administración interna del partido y debería meterse un poco más en los intríngulis porque a lo mejor por ahí puede llegarle alguna dificultad. La organización interna no hay que tenerla sujeta ni amordazada, hay que tenerla contenta. Me consta que los militantes en los pueblos tienen un alto concepto de ella pero tiene un flanco que debería cuidar más.
De nuevo Vicente Tirado.
Dicen en mi pueblo que no hay peor cosa que conocerse... y yo a Vicente le conozco. Es un hombre primario, con una ambición desmedida y que no tiene escrúpulos. Hace muchos años Mariano Díez me dijo que como en política no hay normas escritas hay quien se cree que vale todo y, precisamente porque no hay normas, hay que ser muy prudente porque si pecas de imprudente lo pagas. Eso se lo tenía que aplicar Vicente Tirado, aunque creo que ya es tarde.


«La Junta discrimina a los pueblos gobernados por el PP»

f.f. / Toledo
¿La oposición a Tutor puede estar basada en la derrota municipal en Toledo capital?
No. Todo el mundo sabe que Toledo capital lo ha perdido José Manuel Molina cuando estuvo ejerciendo de candidato regional hasta dos días antes. A Natalia todo el mundo la reconoce los buenos resultados electorales. El problema es que es una persona con criterio, que ha luchado por ello, y eso no se valora en una partido donde gusta más el amén o el sí señor. Por ahí vienen los tiros.
¿Qué quiere decir?
No hay más que ver que en el entorno de la organización regional están los titulares de los fracasos más grandes de este partido. Fracasos históricos. Y en la provincial de Toledo lo mismo. Ese grupito son titulares de importantes fracasos a nivel local, regional y a todos los niveles.
En consecuencia cree que el argumento electoral no sirve.
Desde luego no pueden poner sobre la mesa los resultados electorales porque en eso Natalia ha sacado sobresaliente.
¿No es demasiado generoso?
No es fácil hacer 204 listas municipales y, además en Toledo, luchar contra la Junta de Comunidades que tiene todas las consejerías aquí.
La Junta también gobierna Cuenca o Ciudad Real.
Pero no es lo mismo. En Toledo están los consejeros, los directores generales, los jefes de gabinete, los asesores y hasta los conductores. Toda esa malla de intereses del PSOE está en la provincia de Toledo y yo sé que consiguen muchos candidatos gracias a la disponibilidad de medios que les proporciona la Junta. En la misma medida que eso a ellos les facilita hacer las listas nos lo dificulta a nosotros. Hay quien no quiere ser candidato porque teme represalias por parte del PSOE.
¿Todavía estamos así?
Y cada día peor.
¿Se marca al que está con unos y con otros?
Es una constante de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha desde que se fundó. La discriminación de los pueblos gobernados por el PP es permanente. Se dan casos de pueblos que con el PSOE tenían concedidas obras, llegan las elecciones, gana el PP y ya no hay obras. Hay alcaldes del PP que no les gusta que lo digamos porque puede provocar que la gente vote al PSOE para que el dinero llegue al pueblo. Por eso no se quejan mucho, pero es escandaloso.
¿Explicaría eso que el PP gane las generales y el PSOE las regionales?
No. La gente sabe diferenciar muy bien un ámbito y otro, que electoralmente es una cosa muy sana aunque a los presidentes provinciales nos causaba problemas porque estos de los que hablábamos nos echaban en cara que ganábamos las municipales y no trabajábamos para la región.
Por otra parte, para que el presidente provincial asuma los resultados debe tener capacidad de elegir a los candidatos.
En el PP hay una descentralización casi absoluta en los pueblos. Yo he puesto muy pocos candidatos a alcalde, si es que he puesto alguno. Donde debe intervenir el presidente es en la Diputación. Yo tuve que quitar buenos amigos que además eran muy trabajadores y políticos de experiencia. Aproveché que perdimos las elecciones para empezar la renovación que tenía que haber seguido con Natalia pero no se ha consumado por la injerencia de la regional, y hemos vuelto al capricho. Lo de la Diputación no tiene explicación, sobre todo en los puestos más relevantes, salvo desde el punto de vista del amiguismo que campa en el partido y hace mucho daño.



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domingo, 12 de octubre de 2008

PANORAMA ANTES DE LA BATALLA



El próximo día 14, Dios mediante, el Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha presentará ante las Cortes Generales, la modificación del Estatuto de Autonomía de la Región, aprobado en su día en las Cortes Regionales.
Ni que decir tiene que esta cuestión sería de puro trámite si no fuese porque en esa modificación del Estatuto se recoge la fecha de caducidad del trasvase Tajo-Segura, cuestión esta controvertida donde las haya en la medida en que supone poner en “pié de guerra”, (y no sé si sobran las comillas), a las regiones del Sureste que dependen de este bien escaso para su desarrollo.
Conviene tener en cuenta que en este momento procesal, el protagonismo le corresponde a los aparatos nacionales de los partidos, que son los que deciden las personas que ocupan los puestos en el Congreso y en el Senado. En consecuencia no estaría de más tener la perspectiva de estos aparatos, para imaginar por donde irán las decisiones que en su caso se puedan tomar. Esquemáticamente las cosas están de esta manera:
Comunidad de Valencia, Murcia y Almería, suman 49 diputados en las cortes, Castilla la Mancha 21.
La legislación vigente ampara el derecho de Valencia a los excedentes de la Cuenca del Tajo. El Estatuto de Autonomía de Valencia contempla el derecho de esta comunidad sobre los excedentes de cualquier cuenca de España y la “raya de Bono” en Buendía y Entrepeñas, recogida en el Plan Hidrológico Nacional, declara de facto como excedentes toda el agua de esos embalses por encima de los 240 Hm.
La opinión pública en las zonas del Sureste está muy mentalizada sobre la necesidad imperiosa de ese agua, y con derecho o sin él, lo que está fuera de dudas es que la necesitan, y eso les da mucha fuerza a la hora de reivindicarla. Por el contrario en nuestra región no existe arraigada esa cultura del agua de una manera tan extensa como en el Levante y en consecuencia las reivindicaciones no son tan contundentes
Castilla la Mancha solo podría justificar una caducidad parcial del trasvase en la medida de que una parte del agua trasvasada debe ir a Ciudad Real, el llamado trasvase a la Llanura Manchega.
Tampoco tenemos que minusvalorar el “lobby” del agua de Levante, que tiene tentáculos en todo tipo de estamentos público y privados y sobre todo en las Confederaciones Hidrográficas y en el Gobierno de España.
Las cosas están muy difíciles para Castilla la Mancha, pero de eso no podemos echar la culpa a nadie más que a nosotros mismos. Hemos aguantado durante lustros la explotación sin control del Tajo, no hemos desarrollado infraestructuras para demandar el agua que otros se llevaban, hemos aceptado la derogación del trasvase del Ebro que suponía el fin de la hipoteca en el Tajo, hemos dado por bueno el cuento de las desaladoras, etc. Solo hemos sido capaces de hacer algún aspaviento o algún acto testimonial, más para lavar la cara del político de turno que para conseguir algo concreto.
Ahora es el momento de saber si las cosas van a ser distintas, o por el contrario estamos en una nueva escenificación de un lavado de cara, en este caso, de los dos partidos de nuestra región.
La unidad del PP y el PSOE sobre el particular es una buena noticia si el objetivo es luchar juntos, pero tengo serias dudas de que solo sea una cuestión de tipo táctico para evitar el daño mutuo dentro de casa. Tanto Barreda como Cospedal se nos podrán presentar como los vencedores o como los perdedores, pero que lo que sea de uno lo sea también de otro, de tal manera que nadie pueda sacar ventaja de este trance.
Pero no nos engañemos que esto se quede en un acto testimonial más o no, solo dependerá de la factura que el pueblo de Castilla la Mancha esté dispuesto a pasarle a unos y otros. ¿Alguien se imagina a los 49 diputados enunciados al comienzo del artículo votando a favor de la caducidad del trasvase?, yo no desde luego. Por el contrario ¿alguien se imagina a los 21 también enunciados al comienzo, votando en contra de la caducidad? Yo sí, desde luego.
Bueno a lo mejor tienen suerte y a este toro le “devuelven al corral”.

domingo, 5 de octubre de 2008

LA ESPAÑA CENTRÍFUGA


En la actualidad y cada día con más ahínco se plantea el debate territorial, en definitiva la controversia se establece entre los que piensan que la España de las autonomías ha llegado el máximo de sus posibilidades, y los que piensan que aún queda margen para la descentralización, incluso los hay que piensan que nos hemos pasado tres pueblos, entre éstos me encuentro.

Pero la cuestión no es tanto lo que podamos legítimamente pensar cada uno, sino si el camino elegido tiene final alguno. A mi juicio el problema está en que el camino elegido no tiene fin pues su propia dinámica le obliga a seguir avanzando para tener razón de ser. El nacionalismo, o como queramos llamarlo, necesita de la propia reivindicación nacional para justificar su existencia, de tal manera que si ésta no existiera perdería toda razón de ser. Se cuenta a este respecto una anécdota del general De Gaulle, según la cual, terminada una sesión de audiencias su secretario le recordó que aún quedaban unos nacionalistas vascos por recibir, el general sospechando a lo que venían le dijo a su secretario en tono amenazante: “ Pues que no me pidan la independencia que se la doy”. Todo un ejemplo de lo clara que tenía el presidente francés la naturaleza del nacionalismo.

Pero el problema para España es que el nacionalismo, que en un principio se circunscribía a determinadas regiones de nuestra nación, los mal llamados nacionalismos históricos, se ha extendido como una plaga a todos y cada una de los rincones de nuestra patria, de tal manera que en la actualidad tenemos de todo: Nacionalistas que rechazan abiertamente la bandera española, los que procuran pasar de ella sin que se note mucho y los que se envuelven en ella, si, no desvarío, los que se envuelven en ella. Incluso yo diría que éstos son los más numerosos, pero no los menos nacionalistas, en definitiva hacen lo que en función de los territorios que gobiernan más conviene a sus intereses.

Este es el drama: ¿Qué diferencia hay entre Mas, Camps, Chaves, Barreda, Montilla, Revilla, Touriño, etc, si todos no tienen otro objetivo que dejar al gobierno central en la mínima expresión?. ¿Qué interés tiene cualquiera de ellos en poner límite a sus ansias de poder, para de esta manera consolidar un estado con una mínima fortaleza?.... ninguno, pues en su obtusa mente solo ven en esa fortaleza un freno a sus delirios de grandeza.

Anteriormente a esas fuerzas centrífugas se oponían otras fuerzas como eran las que ejercían los partidos de ámbito nacional, ellos con sus estructuras frenaban las veleidades cantonales tan frecuentes en la historia del solar patrio. Tanto el PCE anterior a IU, como el PSOE de González, como el PP de Aznar, mantenían a raya a los barones en sus ansias descentralizadoras, había en definitiva un equilibrio de fuerzas Pero poco a poco con la caída en barrena del PCE, como con la entrada de Zapatero en el PSOE, solo quedó el PP sujetando la cuerda de esa honda que por su propia naturaleza intenta disparar hacia afuera su contenido; es difícil mantenerla pues gira muy deprisa y su contenido es muy pesado. Quizá por eso en los últimos días hemos visto algunos signos de debilidad en este partido.

Si así fuera la España moderna, democrática, solidaria que hoy conocemos poco a poco se irá deshaciendo, para pasar a ser un “ente”, de difícil definición que traerá como consecuencia el agravamiento de los males que han sufrido los ciudadanos de estas comunidades, males que desde el comienzo de la llamada España de la Autonomías, se enquistaron en sus gobiernos: El clientelismo, la mordaza, el sectarismo, el alienamiento de la sociedad civil, males que les vienen muy bien a muchos, y no solo políticos, que han hecho del nacionalismo su modus vivendi, cuando no su negocio, como consecuencia de unos gobiernos regionales dispuestos a comprar tantas voluntades como haga falta para perpetuarse en el poder. El problema es que la factura es cada día más alta, pero que nadie se preocupe que se seguirá pagando, aunque sea a costa de que la lista de espera para una ecografía esté en más de un año, porque eso no tiene importancia, se arregla con un poco más de propaganda y de paso tenemos un poco más agarrados a los poderes mediáticos.

De ahí la importancia que tiene la decisión que al respecto debemos tomar en el PP, y que se ha puesto en entredicho con la marcha de María San Gil, el Partido Popular debe decidir si está dispuesto a soportar esas fuerzas centrifugas, empezando por las que se generan dentro del propio partido, o vamos a ser un invitado más de esta bacanal nacionalista. Los que dirigen el PP deberían saber, que a lo mejor no lo saben porque llegaron a este partido montados en coche oficial, que los militantes de este partido por encima de ser de derechas o de centro, liberales, reformistas o socialdemócratas, somos amantes de una vieja nación llamada España y de la que, sobre todo, nos sentimos orgullosos, y que jugar con este sentimiento puede traer fatales consecuencias para nuestro partido. Así que los que quieran seguir disfrutando del coche oficial más vale que no hagan tonterías.