viernes, 17 de abril de 2015

CASTILLA LA MANCHA REGIÓN FALLIDA

Los últimos datos sobre deuda y déficit de Castilla la Mancha dejan a las claras el agotamiento de un modelo. El modelo del Estado Autonómico.
Si después de los recortes habidos en Sanidad y Educación, no se corrige el déficit y la deuda sigue aumentando, es porque Castilla la Mancha necesita más dinero para cuadrar sus cuentas. Si los recursos propios y aquellos provenientes de la solidaridad no son suficientes, la consecuencia lógica es pensar que el modelo no es sostenible. Castilla la Mancha es una región fallida, y no es la única.
El modelo autonómico diseñado en la Transición, se hizo con criterios que tenían más que ver con el folklore, o con los intereses de los mandamases de entonces que con criterios racionales de funcionamiento como entes políticos de nivel muy alto. Es lógico, en aquella época nadie pensaba que las CC.AA. podía llegar a tener el nivel de desarrollo competencial que tienen en la actualidad. Hombre,  para gestionar la cultura, trabajo,  agricultura, medio ambiente,  turismo, bienestar social  y cosas de poca monta, el modelo podría funcionar.
Pero poco a poco las CC.AA. han ido asumiendo competencias propias de un estado moderno, y las han asumido con plenitud, Sanidad, Educación, Hacienda, Policía, Justicia, etc. No hay gran diferencia entre las competencias de cualquier estado y las que pueda tener una comunidad autónoma en España, eso sin contar las competencias que se toman por cuenta propia, sin que el Estado haga nada por remediarlo. Y en esto me dan lo mismo los nacionalistas que los que no lo son.
Cuando se forman los estados de abajo a arriba, los actores de ese alumbramiento se guardan muy mucho de que ese ente en su gestación se vaya dotando de las condiciones necesarias para su supervivencia: Extensión, población, situación geoestratégica, recursos naturales, industriales… todo aquello que le permita funcionar como un estado, independiente.
Las CC.AA. españolas no se concibieron con esos criterios, los criterios fueron de oportunidad política, y hoy nos encontramos con que muchos de ellos no son viables. Muchos de ellos no son capaces de llegar, por sus propios medios, a la media que les ofrecía el Estado Español. Ni siquiera en base a esa solidaridad tan reclamada a la hora de pedir dinero fácil, pero que no se ejerce a la hora de moderar las ansias de poder por parte de los mandatarios regionales. El rap de Monago un claro ejemplo “Extremadura como única doctrina”,  hombre pues págatela con lo tuyo. Es que es muy difícil conciliar tanta exclusividad con la solidaridad de los demás.
Cuando España no es la “doctrina” de ninguno de estos mandamases si no es para pedir dinero, es muy difícil que el proyecto funcione. No se puede ser centrífugo y centrípeto, o como decían los abuelos: “soplar y sorber no puede ser” y aquí los hay que lo pretenden. Y lo que realmente está ocurriendo es que están empezando a producirse disfunciones en el sistema de tal manera que la igualdad se deteriora por momentos. Poco a poco se está empezando a ver como los servicios son muy distintos de unas regiones a otras, y sobre todo  aquellos más caros de financiar. La sanidad es la más afectada. Quizá  sea en las listas de espera, donde se vean más claramente esta diferencia entre unas comunidades y otras. En Castilla la Mancha son inasumibles y obligan a quien puede pagárselo a marcharse a la privada. Los casos son tan numerosos que solo tienes que mirar alrededor para comprobarlo. Incluso se ha puesto en práctica la “agenda cerrada”, una nueva figura de gestión sanitaria hasta ahora desconocida consistente en que te apuntan en otra lista previa a la lista oficial. En fin marrullerías consecuencia de lo endeble del sistema.
La concepción artificial de muchas autonomías, hacen su futuro imposible y más cuando, cada vez de una manera más intensa, cada uno de los actores de este entramando tira de lo suyo. La reforma de la Constitución, que ya todo el mundo da por buena, solo tiene un objetivo: encajar las ansias de dinero de los que más tienen. En consecuencia el futuro de las autonomías más menesterosas no es otro que el de tener que conformarse con menos.
Con esta perspectiva la única salida es asumir que habrá autonomías de primera y de segunda. O bien agruparlas de tal manera que sea posible su viabilidad. Pero se me hace difícil ver que sus mandatarios tengan la suficiente altura de miras como para asumir semejante solución. Se me hace difícil ver que vengan a tener la grandeza necesaria como para abandonar sus virreinatos en aras del futuro del conjunto de sus ciudadanos. Esos a los que dicen querer tanto, esos por los que dicen sacrificarse.
Solo una reforma profunda del Estado podría dar una salida a semejante desaguisado. Solo la supresión del sinnúmero de entes inútiles, entre los que se encontrarían las Diputaciones. De la reforma en profundidad de la Función Pública. De la reforma de los Entes Locales. Empezar todo de nuevo. Pero  ves a decirle a los de Murcia que se tienen que unir a los de Valencia o Castilla la Mancha, y a estos que se unan con los de Madrid, o que los de Asturias se unan con los de Cantabria, o la Rioja con Castilla León. Y, por qué no: ves a decir a los de Villapenas de Arriba que se unan con los de Villapenas de Abajo.
Lo tenemos crudo, y más cuando desde el poder central del Estado no se actúa con rigor, cuando a diario se alimenta esa espiral que solo nos llevará al fracaso como país. ¿Quién se preocupa de España? ¿Cómo no se han dado cuenta los políticos de que para la gran mayoría de ciudadanos es lo único que tenemos? ¿Por qué hay tantos políticos que se acomplejan a la hora de hablar de la patria común? ¿Por qué hay tantos ciudadanos que sienten lo mismo si no es para hablar de la Selección? ¿Por qué no nos sentimos orgullosos de un país que lo merece? ¿Por qué estamos tan ciegos de no ver que cuando cuestionamos a España nos estamos cuestionando a todos y cada uno de nosotros? ¿Por qué no presumimos de un país que es de los mejores del mundo?
Somos buenos, honestos, trabajadores, inteligentes, luchadores, imaginativos,  Así nos ve cualquiera que nos mire desde fuera, y así nos ven cuando estamos fuera de España. ¿Por qué somos tan crueles con nosotros mismos?
No me resisto a creer que nuestra clase política sea una excepción. Lo que quizás si ocurra es que no se han enterado que estamos viviendo un momento histórico, que va a exigirles estar muy por encima de lo que ellos se imaginaban. Pero tontos no son, saben muy bien cuidar de lo suyo. Y ya saben lo que dice el refrán: “donde no hay solución se pone sola”. Pero en demasiadas ocasiones a lo largo de nuestra historia se han puesto solas soluciones que solo trajeron calamidades. Espero que ahora no ocurra.