miércoles, 22 de agosto de 2012

QUERIDO PRESIDENTE


No es nada fácil gobernar en los tiempos que corren, y sin embargo, si lo es ejercer la crítica sobre lo que se debe o no se debe hacer en estos momentos. Para eso está la oposición, que debería, mayormente, callarse si tuvieran lo que históricamente han demostrado no tener: vergüenza y valores democráticos.
No digamos de esos tertulianos, aunque de esos no deberías preocuparte mucho: ya se les ha visto el “plumero”, y están llevando a sus respectivos programas al “cero absoluto” de audiencia. Es que son como el “ungüento amarillo”: “para todo sirven y para nada aprovechan”.  No se puede pretender hablar de casi todo, sin saber de casi nada.
De los voceros de la izquierda, esos que recibían, generosas subvenciones de sus amigos en el poder, tampoco deberías preocuparte demasiado, salen mucho en los medios afines, pero salen “cuatro”, por mucha pancarta que desplieguen, se nota que son cuatro.
Sin embargo lo que si puede representar un problema, es lo sensibles que son los  nuestros a las críticas de esos grupos, y lo prontito que se desfondan. El complejo histórico de la derecha ante las falacias de la izquierda, debe ser una cuestión a abordar dentro del partido. Es muy difícil convencer a los electores de que esos mensajes son eso: falacias, si no estamos convencidos nosotros mismos.
Pero lo que si te debería preocupar es la percepción que todos y cada uno de los ciudadanos de este país pueda tener de tu acción de gobierno. Y la percepción no es buena, y no lo es, curiosamente, no por la necesidad o no de las medidas que se deban tomar, sino por los “adornos”  que les rodean. Por poner un ejemplo: si  el debate donde anunciaste las medidas para encarrilar el gasto público, lo hubieras empezado bajando un veinte por ciento el sueldo de los políticos, un setenta por ciento sus gabinetes, y un ochenta por ciento los coches oficiales y gastos de representación, podría haber subido el IVA dos puntos más y todavía te estarían aplaudiendo.
En España los problemas que debes abordar son tan de fondo y tan complejos, que no pueden ser explicados con facilidad a los ciudadanos, y éstos habiendo renunciado a creer a los que intentan explicarlos, la mayor parte de las veces “barriendo para casa”, están como Santo Tomas: incrédulos. Solo creen en lo que ven y lo que ven es que después de tanto recorte y tanta subida de impuestos, siguen viendo a su vecino de toda la vida, ahora, a la sazón político, subiéndose en el coche oficial para pasearle hasta la oficina.
Querido presidente, en este país la credibilidad de los que nos gobernáis está bajo mínimos, y desde esa posición es muy difícil avanzar. Esta situación no se va a superar sin  tener al pueblo español como cómplice; pero este pueblo no puede ser cómplice de los que les exigen esfuerzos que ellos mismos no se exigen. O que encubren determinados comportamientos que entran de lleno en la legislación vigente, como es el caso de la multimillonaria estafa de los bancos a decenas de miles de pequeños ahorradores con las preferentes y participadas. Eso Presidente es un “corralito” en toda regla, peor aún, pues en el “corralito” argentino se respetaron los depósitos, aquí muchos han perdido gran parte de ellos. El primer rescate de los bancos, presidente, lo pagaron los impositores españoles con los ahorros de toda una vida y sin que los bancos tengan la necesidad de devolverlos, al menos en su totalidad. ¿Te parece bonito?
Mientras no se dé ejemplo y los Botines y los Fainés, por poner un ejemplo, sigan intocables, disfrutando de su estatus, sin asumir la responsabilidad de sus desmanes. Mientras te despiertes cada día con un bocado vía: IRPF, IVA, medicamentos, ERES, congelaciones y el vecino de enfrente siga subiéndose en el coche oficial y tirando de la VISA. Mientras por la puerta principal salgan interinos y contratados y por la puerta de atrás entren los amigos, aunque sean media docena; no esperes ni el aliento ni la colaboración de los que están sufriendo la crisis en carne viva. Si es cierto que sentirás el aplauso de los que te rodean. Pero deberías saber que en demasiadas ocasiones los aplausos solo pretenden no dejarte oír, lo que se dice fuera.
Incluso, si a costa de constancia, que sin duda la tienes, consiguieras hacernos pasar el bache, el electorado nos pasará factura, en beneficio de partidos desestructurados y de mensaje fácil.
No se si eres consciente de que estamos viviendo el periodo más delicado desde la Transición. En aquella ocasión a la situación económica delicada había que añadir una situación política aún más delicada. En la actualidad la situación no es muy distinta, tenemos una situación económica muy delicada y una situación política viciada por el populismo y la falta de responsabilidad de las CC.AA. La diferencia es que entonces en la política había la mayor cantidad de “hombres de estado” por metro cuadrado de toda la historia de España. Ahora, por el contrario, la cantidad  de mequetrefes no deja ver el sol. En aquella ocasión esos hombres, honestos en su mayor parte, fueron de la mano del pueblo y entre todos sacamos a España adelante. En la actualidad ese mismo pueblo tiene la mano extendida a la espera de que aparezca un hombre justo. ¡Joder Mariano! no se a que esperas.