Andaba yo paseando con mi hijo, aragonés consorte, por la Expo de Zaragoza, cuando al final de lo que fue una visita rápida me pregunto: ¿Bueno que te parece?, la respuesta no se hizo esperar, me perece, le contesté, que esta obra es el magnífico colofón de una gran mentira. Efectivamente todo arranca de un Plan Hidrológico Nacional, que a mi juicio es la obra integradora de la Nación Española más grande de los últimos doscientos años, el sueño de Joaquín Costa hecho realidad, que fue aprobada en el Consejo Nacional del Agua por un consenso de amplitud desconocida hasta esa fecha, y que fue demagógica y torticeramente aprovechado para su exclusivo beneficio por un hábil presidente que se ha ganado la reelección de por vida: D. Marcelino Iglesias, presidente de Aragón.
Decir que a Aragón le podía perjudicar el agua que se cogía en Amposta del río Ebro es la barbaridad hidrológica más grande que nunca se haya dicho. Muy al contrario ese Plan suponía para Aragón la realización de los obras del famoso Pacto del Agua, demanda histórica que venía a resolver los problemas hídricos de esa comunidad, que nunca han sido de escasez de agua sino de infraestructuras para utilizarla racionalmente. Esas obras que eran el futuro de Aragón, se garantizaban, precisamente, porque eran previas al trasvase del Ebro. Pero qué más daba, lo importante para el PSOE era coger el poder , los problemas de Aragón podían quedar para más adelante.
Cuento todo esto porque desde ningún punto de vista se explica la actitud de los políticos de ésta región ante le noticia del nuevo trasvase del Tajo desde el embalse de Valdecañas.
Ya fue extraño que no tuviese repercusión alguna la noticia que se produjo hace algunos meses y que a mí me pareció muy grave. Se trataba del rechazo por parte del Tribunal Constitucional de las alegaciones de Castilla la Mancha y Aragón al Estatuto del Valencia que preveía en unos de sus artículos el derecho de los valencianos a los excedentes de cualquier cuenca de España. Era grave porque el único excedente de la única cuenca legalmente determinado como tal, está en el Tajo, concretamente en el complejo Buendía-Entrepañas desde que Bono hizo la famosa “raya” de los 240 Hm.
Más, aún me sorprende que cuando nuestros representantes políticos, nos han hablado hasta la saciedad de la “fecha de caducidad” del trasvase Tajo-Segura, hasta el punto de incluirla en la reforma del Estatuto de Castilla la Mancha, ante esta noticia, no hayan reaccionado con la contundencia que exige el caso, pues lo que se plantea no es solo una cuestión de agua sino, conocidos los antecedentes en el Ebro, una cuestión de dignidad regional, tanto en Castilla la Mancha como en Extremadura.
La reacción del PSOE ha sido de lo más tibia, nada que ver con los montajes mediáticos del anterior presidente, aunque justo es reconocerlo al menos ha habido reacción. Sorprende sin embargo el silencio del PP, ¿Cómo podemos dejar pasar una oportunidad política de esta magnitud?, cuando además nos ampara la razón y no tenemos la necesidad como ocurrió en el caso de Aragón de mentir ni manipular a nadie.
Se perfectamente que nuestra opinión puede caer mal en las comunidades del sureste, gobernadas por el PP, pero quien tanto lucha por el agua, estoy seguro, entenderá que los demás también lo hagan. El fallido trasvase del Ebro nos costó Aragón, el colmo sería que el también el fallido trasvase del Tajo Medio nos hiciera imposible ganar en Castilla la Mancha.
Aunque el fondo del asunto está en saber hasta qué punto nuestros representantes políticos están dispuestos a enfrentarse a las estructuras nacionales de sus respectivos partidos que son las que les mantienen en sus puestos. Hasta qué punto están dispuestos a arriesgar sus intereses en beneficio los de los ciudadanos a los que dicen representar. Los acontecimientos que hemos vivido en las últimas semanas no nos permiten ser optimistas en este sentido.
En todo este contencioso no quiero dejar de resaltar la falta de vertebración social que sufre Castilla la Mancha, si los políticos no han estado a la altura de las circunstancias, que decir de nuestros interlocutores sociales, “están tan agustito” con la mamandurria que mejor callarse. Sindicatos de clase, agrarios, empresarios, asociaciones de defensa de consumidores y usuarios, asociaciones culturales y deportivas, universidades etc. todos aquellos “abajofirmantes” que en otros tiempos no vacilaban en ir al auxilio del “pope castellanomanchego” en sus montajes mediáticos, ahora callan, no sé si estarán esperando a que les den la “orden de salida”, o porque están esperando la “orden de entrada”, en su cuenta, de la próxima subvención.
En resumen, y esto lo saben fuera de aquí, difícilmente vamos a conseguir el respeto de los de fuera si dentro no somos capaces de respetarnos a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario