viernes, 12 de agosto de 2011

BOTICARIOS


Da pena que al primer conflicto que el gobierno de María Dolores ha tenido que hacer frente, haya supuesto su primer fracaso.

Que en una región conservadora como la nuestra, un sector especialmente conservador, haya dado el portazo a cientos de farmacias; puede considerarse, sin exagerar, un acontecimiento histórico de primer orden.

Pero todo en esta vida tiene su explicación yo intentaré dar algunas razones para semejante hecho:

la primera razón se debe al desconocimiento profundo que los responsables de la Junta han demostrado tener sobre la realidad del sector.

Sobre los farmacéuticos planea desde tiempo atrás lo que yo llamo el complejo de “Don Hilarión”, el de “una morena y una rubia hijas del pueblo de Madrid”. La gente piensa que los farmacéuticos son unos señores bien instalados que ganan mucho dinero y que trabajan poco; dejando la administración de su farmacia en manos de los consabidos “mancebos” Nada más lejos de la realidad.

De unos años a esta parte las farmacias vienen perdiendo fondo de comercio merced a las continuas y constantes bajadas de precios de los medicamentos, a la limitación en su dispensación y a la reducción de márgenes. A todos nos suena que cada vez que cualquier gobierno habla de austeridad o de reformas, lo primero que aparece es un recorte más del gasto farmacéutico, la última la acaba de anunciar la ministra de Sanidad. Las farmacias de unos años a esta parte han tenido que reinventarse a sí mismas para intentar paliar esa bajada continua y constante en sus márgenes.

Por otra parte en los últimos años se han instalado farmacias a mansalva, a tal extremo que en los últimos concursos gran cantidad de ellas han quedado desiertas; en consecuencia el sector está extremadamente fragmentado. La instalación de estas nuevas farmacias, además, ha supuesto el endeudamiento hasta el límite de sus responsables. Este aluvión de farmacias , a su vez ha dado lugar a la venta de muchas farmacias en pueblos pequeños, donde se han instalado farmacéuticos jóvenes con mucha ilusión que se han metido en créditos hasta las cejas. Es decir por lo general el sector en la actualidad es un sector altamente endeudado cuya solvencia le viene más de ser parte del Sistema Público de Salud, que a la solvencia individual de cada unos de los miembros que componen el colectivo.

En este sentido pedir que los farmacéuticos asuman el costo de los medicamentos de no se sabe cuantos meses, con costes financieros imposibles de calcular porque nadie es capaz de dar un calendario de pagos, es del todo inasumible, por la sencilla razón de que muchos de ellos no tienen esa capacidad de endeudamiento. Es sintomático que, en la jornada del cierre, las farmacia que abrieron fueron las de los ricos por su casa, las de aquellos que las tienen a pares papá-mamá-niño-niña o las de los que tienen intereses en la Junta ya sean económicos o políticos.

Sería bueno que los responsables de la Junta hicieran un análisis del mapa de los cierres, para ver si no están poniendo en peligro una estructura sanitaria que hasta ahora ha funcionado a la perfección y que de deteriorarse solo beneficiaría a los que el jueves no cerraron.

Sería bueno que alguien estudiase si las farmacias de la región pueden soportar con sus ajustados márgenes, los gastos financieros de tan abultada factura

Sería bueno que alguien se preguntara que le mueve a un licenciado en farmacia a meterse en pueblos como Cervera, Marrupe, Sotillo, o Cabañas de Yepes. Pueblos de trescientos, cuatrocientos habitantes de los que en Castilla la Mancha hay cientos, para hacer guardias de veinticuatro horas cada cuatro o cinco días y de cuarenta y ocho cada pocos fines de semana. Y que esos cerraron todos.

Sería bueno que, los que dijeron que iban a crear empleo, estudiasen las consecuencias de estas medidas, cuando a muchos oficinas de farmacia solo podrían ser viables en la medida en que redujeran los costos de personal, es decir despidieran a sus trabajadores.

¿Como se explica que los que dijeron que iban a bajar los impuestos impongan, vía gastos de financiación, un impuesto que es superior al IVA que ya soporta cualquier comerciante y por supuesto las propias farmacias.

En la rueda de prensa que la Presidenta Regional y el Consejero de Sanidad dieron el viernes, omitieron algunos datos importantes y se cometieron algunos errores. La linea de crédito de la que se habla, no está avalada por las recetas, sino por la solvencia que pueda tener cada cual, de tal manera que el que no la tenga, simplemente no tendrá acceso a la linea de crédito. El interés es al 5% anual, el “impuesto revolucionario” al que hacía referencia en párrafos anteriores; que será mayor o menor en función del tiempo que se tarde en pagar la deuda. Se ha pretendido demonizar a los que cerraron y a sus dirigentes, como pasaba cuando gobernaba el PSOE, que los malos eran los que no les daban la razón. No se ha dicho que la solicitud del cierre se cursó en tiempo y forma y la Junta dio la callada por respuesta. Ni estaban ni se les esperaba.

Lo que se les está pidiendo a los farmacéuticos es equivalente a que se le dijera a un general del ejercito, que además de no cobrar durante seis o siete meses; si quería seguir siendo general, se fuera al banco a pedir un préstamo para pagar la factura del tanque. Al médico, que no solo no cobrara su sueldo, sino que pague de su bolsillo la prótesis de cadera que acaba de implantar. O al consejero que si quería seguir siendo consejero, ademas de no cobrar, hipotecara su piso para pagar la factura de la construcción del nuevo edificio de la Consejería de Sanidad. ¿Da risa verdad? Pues eso es lo que les están pidiendo a los farmacéuticos.


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