Pasado el verano llega la época de los candidatos. Los alcaldes haciéndose los remolones: “estoy cansado”, “son muchos años”, “la familia la tengo abandonada”. En fin, hay que hacerse rogar, a ver si esta vez me hacen diputado provincial. Después de algunos años de experiencia en la materia, puedo decir que los únicos alcaldes que se quieren ir son los que saben que pueden perder las elecciones; y esa es la única facultad, la de saberlo, que reconozco en cualquiera de ellos.
Donde no hay alcalde, tenemos a los candidatos que llevan años peleando por ganar. Esos, que “pierden”, en muchos casos tienen más méritos que los que ganan. Tiene mucho mérito dar la cara donde las cosas son difíciles. Por eso no entiendo lo que ha pasado en la Puebla de Montalbán. Domingo era un buen candidato serio y trabajador, buena persona, que además, estoy seguro, que no hubiera tenido inconveniente en dejar esa responsabilidad si se lo hubiesen pedido. Eso si, habría que habérselo pedido. Pero la humildad, la franqueza, la consideración con los nuestros, son cualidades que no adornan a los “designados”. ¿Qué les importa los de “abajo” si los que les colocan son los de “arriba”? En tres ocasiones tuve la responsabilidad de hacer las listas municipales, no se me ha dado un solo caso en el que pidiera a un compañero que dejara paso a otro, y este se resistiera.
Me preocupan Toledo y Talavera, en los dos sitios los alcaldes actuales están consolidados, y no va ser fácil desbancarlos. Las cosas se presentan, por lo que hace a la situación política, muy parecidas a las del año 95. En aquella ocasión apostamos por candidatos nuevos, jóvenes, que nos devolvieran la ilusión que los ciudadanos habían perdido con los gobiernos socialistas, y acertamos. En la actualidad los grupos, tanto de Toledo como de Talavera, representan proyectos agotados, sería un error intentar remediarlo con parches de última hora en base a candidatos de circunstancias. En ambas ciudades tenemos la obligación de ilusionar. Puede ocurrir que los probables candidatos no sean del “corralito” de los que mangonean en el partido, pero no se deberían correr riesgos, en orden a amparar intereses espurios.
En la región, parece no haber problemas: nunca hemos tenido una candidata tan mediática, nunca hemos tenido tanto apoyo de Génova. A los del PSOE les “crecen los enanos”, no dan una. Empiezan las defecciones, el poder monolítico se desgrana…pero yo no me fiaría. En una región relativamente pequeña, pueden pastorearse muchos votos. El voto cautivo, el voto dependiente, el voto interesado; que por su naturaleza es un voto oculto, vergonzante, que no sale en las encuestas, puede darnos un susto, si le sumamos al voto fiel.
Hay que trabajar la calle, no esperar sentado a la puerta de nuestra casa a ver pasar el cadáver de nuestro enemigo. Pudiera ocurrir que la noche electoral apareciese vivito y coleando, llamando a nuestra puerta para asistir al velatorio.
P.D.…y cuidar los detalles. Hace unos días vi una pancarta electoral de nuestra candidata en Almuñecar: lucía camisa con el caballito Burberry. Unas horas después, en televisión, nuestro portavoz Esteban González Pons, con Yves Saint Laurent. Los mensajes subliminales pueden hacer estragos.
Donde no hay alcalde, tenemos a los candidatos que llevan años peleando por ganar. Esos, que “pierden”, en muchos casos tienen más méritos que los que ganan. Tiene mucho mérito dar la cara donde las cosas son difíciles. Por eso no entiendo lo que ha pasado en la Puebla de Montalbán. Domingo era un buen candidato serio y trabajador, buena persona, que además, estoy seguro, que no hubiera tenido inconveniente en dejar esa responsabilidad si se lo hubiesen pedido. Eso si, habría que habérselo pedido. Pero la humildad, la franqueza, la consideración con los nuestros, son cualidades que no adornan a los “designados”. ¿Qué les importa los de “abajo” si los que les colocan son los de “arriba”? En tres ocasiones tuve la responsabilidad de hacer las listas municipales, no se me ha dado un solo caso en el que pidiera a un compañero que dejara paso a otro, y este se resistiera.
Me preocupan Toledo y Talavera, en los dos sitios los alcaldes actuales están consolidados, y no va ser fácil desbancarlos. Las cosas se presentan, por lo que hace a la situación política, muy parecidas a las del año 95. En aquella ocasión apostamos por candidatos nuevos, jóvenes, que nos devolvieran la ilusión que los ciudadanos habían perdido con los gobiernos socialistas, y acertamos. En la actualidad los grupos, tanto de Toledo como de Talavera, representan proyectos agotados, sería un error intentar remediarlo con parches de última hora en base a candidatos de circunstancias. En ambas ciudades tenemos la obligación de ilusionar. Puede ocurrir que los probables candidatos no sean del “corralito” de los que mangonean en el partido, pero no se deberían correr riesgos, en orden a amparar intereses espurios.
En la región, parece no haber problemas: nunca hemos tenido una candidata tan mediática, nunca hemos tenido tanto apoyo de Génova. A los del PSOE les “crecen los enanos”, no dan una. Empiezan las defecciones, el poder monolítico se desgrana…pero yo no me fiaría. En una región relativamente pequeña, pueden pastorearse muchos votos. El voto cautivo, el voto dependiente, el voto interesado; que por su naturaleza es un voto oculto, vergonzante, que no sale en las encuestas, puede darnos un susto, si le sumamos al voto fiel.
Hay que trabajar la calle, no esperar sentado a la puerta de nuestra casa a ver pasar el cadáver de nuestro enemigo. Pudiera ocurrir que la noche electoral apareciese vivito y coleando, llamando a nuestra puerta para asistir al velatorio.
P.D.…y cuidar los detalles. Hace unos días vi una pancarta electoral de nuestra candidata en Almuñecar: lucía camisa con el caballito Burberry. Unas horas después, en televisión, nuestro portavoz Esteban González Pons, con Yves Saint Laurent. Los mensajes subliminales pueden hacer estragos.
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