sábado, 12 de noviembre de 2016

BUENO...PUES HA GANADO DONALD TRUMP

Bueno, ha ganado Trump, y andan todos como “rata por tirante”. ¡Una vez más se impone el populismo demagógico, el nacionalismo egoísta, el “chulo de barraca”! No hay de qué preocuparse, aquí los tenemos a montones y no pasa nada, incluso muchos  los tienen por buenos. ¿Qué diferencia hay entre Tump y Mas?, por ejemplo. Incluso los hay que dicen: “tienen que tenernos miedo”, bueno pues no querías caldo…
Claro que habría que preguntarse cuál ha sido el secreto de la victoria de Donal Trunp. Yo no soy de los que pienso que los americanos son tontos. Con los americanos pasa un poco como pasaba con los españoles, que todos nos veían en los toros y bailando sevillanas. Bueno en EE.UU. pasa algo parecido mucha gente los ve con revólver al cinto, y a ver quien saca más rápido. Pues ni lo uno ni lo otro. La pujanza de los EE.UU, no es consecuencia de esa imagen de Western, sino de una sociedad adelantada, moderna, culta, por supuesto democrática, que tiene sus peculiaridades, sí, como las tenemos todos.
Posiblemente lo que haya ocurrido es que la sociedad americana estaba harta de tanto progre de salón. Hace unos días leía un comentario de unos autores francesas refiriéndose al termino “bobo” (bourgeois-bohème), lo definían como personas que ganan mucho dinero, que viven en casas estupendas, que poseen coches de alta gama, pero que van al trabajo en un Smart y visten camisas de Valentino pero sin corbata, cuando no se disfrazan de “mendigo chic”. Son personas económicamente a la derecha pero  ideológicamente a la izquierda.
Esta gente ha hecho de lo políticamente correcto su religión y a ello se entregan con el ardor del converso. Se erigen en sumos sacerdotes y determinan como jueces supremos lo que es bueno y lo que no lo es. Ese sacerdocio les permite parapetarse en la impunidad, y dar rienda suelta a sus conveniencias y a las de los suyos. Son ricos y de izquierdas: la cuadratura del círculo. Los pobres y de derechas eran los tontos, bueno pues estos son los listos.
Y a lo mejor lo que ha ocurrido en los EE.UU. es que se han hartado de ver a tanto listo dándose la vida padre, y los que no lo son tanto, se han cansado de financiar a tanta exquisitez ideológica. Es difícil desde la distancia y el desconocimiento evaluar estos resultados, pero sí hay una cosa que oí decir a Donald Tump que me gustó: voy a acabar con el politically correct. No sería mala cosa terminar con lo que es la fuente más grande de cinismo de la historia de la humanidad.
Esa religión se basa en postulados muy simples. Por ejemplo: la derecha es fascista. Tanto ha calado ese mensaje que ni los propios de la derecha se atreven a decir que  son de derechas. Que si de centro derecha, demócrata cristiano, como mucho conservadores, alguno liberal. Claro, como además los únicos que se atreven a decirlo son los de la extrema derecha, resulta que a confesión de parte…Ese chollo ha permitido a los mandarines de la nueva religión, quedarse sin nadie enfrente que les ponga en evidencia.
Otro sostén de esa religión es el del feminismo. Nadie defiende a la mujer como ellos. Ni nadie se ha hecho un sostén a costa de semejante ideología como los miembros y miembras de la misma. Habría que retrotraerse a Doña Pilar Primo de Rivera y sus señoras para, encontrar algo parecido, aunque creo que cobraban algo menos. Valga un ejemplo: a lo largo de la campaña los comentarios de Donald Trump sobre el particular no ah sido lo más acertados. Pero acaso nos olvidamos de quien tenía al lado doña Hilary, acaso nos olvidamos del episodio de Mónica Lewinski. Que todo un Presidente de los Estados Unidos pusiera de rodillas a una chica para hacer lo que hizo. Que su señora, muy feminista ella, callara porque sabía que iba en el mismo paquete que su marido. Que aquello pasara con un algo sin mayor importancia: “un acto inapropiado”; la verdad es que la semántica la bordan. Que hubiera pasado si eso lo hubiera hecho un gobernante de derechas, el propio Tramp, incluso.
El amor a la cultura, claro nadie los financia como ellos, y digo “los” no “la”. En España cientos de millones a películas que no han recaudado ni para pagar a los protagonistas, aunque todos han cobrado. Es curioso `pero la película española que más éxito ha tenido en los últimos años es una que precisamente lo que hace el mandar a paseo a lo políticamente correcto, Siete apellidos Vascos. Eso sí llegado el momento se emplean a fondo: con cejitas, numeritos e los Goya y demás parafernalia de los que se empeñan en comer del presupuesto sin tener la mínima categoría artística.
El control de los medios es muy importante. Todo aquel periodista que se salga del dictado establecido, será tratado como un apestado. Da lo mismo lo que denuncie, si además denuncia sus mamandurrias será tratado de “facha”, sin complejos. Dictadura mediática al viejo estilo: Persecución, sesgo, mensajes subliminales, montajes, burda manipulación de la información, silencios incomprensibles. Toda  la panoplia de lo que nos cansamos de ver en la dictadura, puesto al día por estos demócratas de pacotilla. Todo vale para desacreditar al que intenta hacer su trabajo honestamente.

Así podríamos seguir con los mandamientos de esta nueva religión. Bien, pues todo eso ha mandado a paseo el Sr. Trump. Sin complejos ha dicho lo que es, y aunque a muchos no nos guste, lo que sí ha hecho es desenmascarar, a los que no dicen lo que son, quizás porque sería más escandaloso que todos lo supiéramos. Las manifestaciones posteriores a los resultados demuestran su catadura. Y eso es lo que los indigna, que cunda el ejemplo y de una vez por todas se les haga frente. 

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