martes, 27 de septiembre de 2011

LIBIA


Soy poco aficionado a las bodas, no obstante en la última me divertí, tuve la suerte de sentarme junto a una mujer singular. Era una señora de Mali, pasaba la cincuentena, todo en ella era grande, la estatura, el sombrero que lleva puesto, el Cadillac que dejó aparcado a la puerta. Era una empresaria que llevaba más de treinta años en España, y simultaneaba su negocio en España de peluquería y cosméticos, con los que tenía en Mali. En la conversación como era de esperar salió la cuestión de la “primavera árabe”, en Mali lo son. Lo que nos contó me dejo de piedra, no solo por lo sorprendente de las cosas que decía, si no porque empezaron a cuadrarme algunas cuestiones que no terminaba de entender, principalmente por lo que se refiere al conflicto con Gadafi.
No entendía por qué razón el conflicto de Libia tenía que ser diferente al de otros países de la zona. No entendía las razones de la intervención de la OTAN, no entendía las razones por las que, en esta ocasión a diferencia de IRAK, Francia se ponía a la cabeza de la manifestación, la visita de Sarkozy a Trípoli. Esta señora lo explicó claramente:
En África hay catorce países que tienen como moneda el Franco, se llama el Franco CFA (franco de la comunidad financiera de África) pero que antes significaba franco de la “comunidad francesa de África”. Si miramos el mapa de esos países vemos que en casi su totalidad rodean a Libia. Libia en los últimos años había estando invirtiendo fuertes sumas en esos países, para construir infraestructuras y equipamiento de todo tipo ¡a interés cero! Pretendía hacer una confederación de países con el objetivo de sacudirse el yugo de Francia y en menos medida de Inglaterra.
Es curioso como los progres hablan de imperialismo, cuando en la casa de al lado tenemos puro y simple colonialismo, ese del siglo XIX. El colonialismo retratado magistralmente, en el Sueño del Celta, de Mario Vargas Llosa, o en el Corazón de las Tinieblas de Conrad. Francia tiene en esa zona un excelente negocio basado en la explotación de los abundantes recursos naturales, mientras mantiene a los habitantes de esos pueblos en la tradicional indolencia, que caracterizó al colonialismo decimonónico, y que tan buenos resultados produjo en las metrópolis.
Bueno, ya sabemos para qué hemos ido a Libia: a sacarle las “castañas del fuego” a Sarkozy. A mantener al “Grandeur de la France”, a mantener un “status quo” que tiene como seña de identidad, la explotación colonial de los pueblos de África Central y Occidental, a frustrar un conato de independencia real de esos pueblos. A malograr un proyecto de regeneración cultural y de crecimiento personal de sus habitantes. Nunca pensé que la verdadera “primavera árabe”, será la que traiga la independencia de esos pueblos de su verdadero opresor: los intereses de Francia.
Ahora me cuadra todo, ¡que prisa se dieron Sarkozy y Cameron para presentarse en Trípoli! Había que presentarse como los salvadores de un pueblo, como líderes de la “liberté”, como “protectores” de la población civil. Ese fue el pretexto para la intervención, cuando lo que realmente estaban protegiendo eran sus intereses económicos.
Ahora a los países del entrono, donde estos tienen sus negocios, se les deja dos cosas claras: nosotros, los franceses, somos los defensores de la población civil, y por otra parte estamos dispuestos a intervenir con las fuerzas de la OTAN si fuese necesario. Es decir que si a alguno se pone tonto le monto dos manifestaciones de “rebeldes” y en orden a su protección te meto a la OTAN hasta la cocina.
A Irak fuimos porque Bush, después de lo de la Torres Gemelas, tenía que dar un “sopapo” a alguien, e Irak era un buen candidato después de que su padre lo dejara a medias unos años antes. A Libia hemos ido a proteger la “mamandurria” de Francia.
¿Y donde están los del “no a la guerra”?

viernes, 16 de septiembre de 2011

ORÁCULOS

Tengo un problema asistencial, no existencial, asistencial. Necesito que alguien me asista, que alguien me cuente, que me convenza de que es posible vivir, que es posible vivir en Europa, incluso en España, y puestos, me atrevería a decir que hasta en Grecia.
Este mundo se ha llenado de agoreros, de predicadores de la catástrofe, de profetas de “Armagedón”. De marisabidillas expertos en dramatizar cualquier pamplina: ya sea la bajada de dos puntos del IBEX, o la subida de diez puntos en la prima de riesgo. Parece como si el mundo solo girase por los números que aparecen en unas pantallas a las que miran, con caras de “Cristo del Greco”, unos señores con chalecos de color verde, que más parecen peones de obras públicas, que analistas financieros; que me disculpen los peones de obras públicas por la comparación. Los programas de la tele se llenan de comentaristas, en ocasiones paternalistas, otras pedantes, casi siempre “sobraos” que de manera concienzuda te demuestran que “estamos al borde del abismo”. Se retuerce el léxico para dramatizar: si baja el IBEX un 3%, lo que te dicen es que “el IBEX se desploma”. Si el IBEX sube un 3,5%, lo que te dicen es que “baja la volatilidad”. El caso es que “baje” algo.
Si los que toman la palabra son los “ex”, la cosa se pone de “traca”: Felipe y Aznar dando lecciones. Adornando el paisaje con su conocimiento y su experiencia, pero siempre para dar brochazos de negro. Les encanta verse en el papel de “oráculos”, quizá porque ya “no tienen a nadie que les escriba”.
No es que quiera quitar importancia a lo que está pasando, lo que no soporto es ese recrearse en los malos datos, rasgarse las vestiduras, mesarse los cabellos y suspirar hondo como si solo nos quedase certificar la desaparición de nuestra sociedad. Como si en el mundo solo se gobernara por los datos del IBEX, el NASDAQ, el Dow Jones y demás zarandajas. Como si la naturaleza no hubiera dotado a los seres que la habitan, también a los hombres, de la capacidad de corregir y modificar comportamientos. De sobreponerse a lo adverso, de salir adelante en las peores de las situaciones. Además: ¿quién ha dicho que lo que sea malo para el IBEX, va a ser necesaria e inevitablemente malo para mí?
Eso es lo que ellos quieren, que convirtamos los índices económicos en dioses a los que adorar y ellos, convertidos en sus sacerdotes, llevarnos del ramal a donde más les convenga, para que sea cual sea la prima de riesgo llenarse los bolsillos.
Y por si alguno tiene alguna duda: en Grecia, más que en cualquier otro sitio, se puede sentir, física y anímicamente, lo trascendente de la naturaleza del hombre. Su devenir histórico y cultural, el verdadero sentido de la vida. Solo en la tierra de los dioses, de los gigantes, de los héroes, en definitiva de todos los estadios de la mente humana, el hombre puede alcanzar su plenitud. ¿Os imagináis a Sócrates pendiente del IBEX?....pues eso, que no debe ser un mal sitio para vivir.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LA PODA

La decisión de María Dolores de podar el presupuesto aunque “chorree la sabia”, sin duda es una decisión, además de inevitable, acertada. En Castilla la Mancha, tierra de gentes austeras y de poco gasto, ese tipo de noticias conectan con una esencia vital de siglos de exaltación del ahorro. Un ahorro no consecuencia de una actitud avara, de acumulación de riquezas; sino consecuencia de una educación en la previsión de posibles dificultades en el futuro, como se suele decir: "para un por-si-acaso". Lo que el castellano manchego quiere comprar con sus ahorros no es otra cosa que tranquilidad. Por eso los recortes tienen otra virtud de cara a esas gentes: ellos saben que la austeridad es la mejor manera de salvaguardar pensiones, sanidad, educación, asistencia social, que es lo fundamental para un pueblo que necesita poco más para ser feliz.
¿Cómo no se dan cuenta nuestros gobernantes que lo que realmente está pidiendo la gente es precisamente eso? Desde luego María Dolores se ha dado cuenta y a mi juicio creo que acertadamente.
Hace muchos años, cuando por primera vez tuve que enmendar unos presupuestos, pedí consejo aun exministro, Rafael Arias Salgado, que por aquellos tiempos del CDS le tenía a mano. El me dijo que el margen de disponibilidad de un presupuesto, es decir todo aquello que se puede emplear para “hacer política”, estaba en el entorno del 10%. Recortar el 20 como pretende María Dolores podría parecer excesivo; sin embargo dadas las especiales circunstancias de las comunidades autónomas podría no serlo, y me explico:
Las comunidades autónomas, por lo general, y las socialistas en particular, se orientan a la sistemática caza de voluntades. No en vano donde se establece un gobernante mediocre, pero con las cosas claras en lo que al “pesebre” se trata, se eterniza en el poder. De tal manera que la esencia de esos gobiernos se instala en la explotación, al máximo, de ese criterio de clientelismo sistemático. A lo largo de mi vida política he seguido ese fenómeno y a veces he llegado a pensar que, como en el Ejército, los socialistas de mi región disponían de “escalafón”.
Y es ese “pesebre” el que se financia con el exceso de gasto, porque en muchos casos es imposible exhibirle en el presupuesto y debe financiarse mediante la formación de múltiples organizaciones interpuestas, cuyo único fin es ordeñar las cuentas. Por esa razón, estos recortes tienen un valor añadido: permitirán, sin el más mínimo esfuerzo por parte del gobierno, el desmonte de toda una estructura que alberga en su interior el verdadero sostén del régimen caído.
En los últimos meses, en mi entorno familiar, se han vivido bajada de salarios, por una u otra razón, de casi todos sus componentes, bien dependientes de la administración, como de empresas privadas. Con ese caldo, que vengan los de Comisiones o UGT a protestar porque les quitan 500 liberados, o por que los maestros trabajen veinte horas a la semana da risa. Tengo enfrente una escuela y ya, esta mañana, estaban los deudos del déficit de "aquelarre". Un transeúnte que pasaba por la acera y los reconoció comentó en voz baja al cruzarse conmigo, no sé si con la intención de que le oyese: “gandules y buscavidas”. Bueno quizá no en todos los casos, pero en algunos se nota demasiado.
P.D. Ayer el Tribunal Superior de Justicia de Madrid archivó la causa de Bárcenas y Galeote. Me alegro por ellos, pero también por haber acertado en el análisis que hacía en el artículo del ocho de agosto -LA DIMISIÓN DE FRANCISCO CAMPS-.