viernes, 2 de septiembre de 2011

LA PODA

La decisión de María Dolores de podar el presupuesto aunque “chorree la sabia”, sin duda es una decisión, además de inevitable, acertada. En Castilla la Mancha, tierra de gentes austeras y de poco gasto, ese tipo de noticias conectan con una esencia vital de siglos de exaltación del ahorro. Un ahorro no consecuencia de una actitud avara, de acumulación de riquezas; sino consecuencia de una educación en la previsión de posibles dificultades en el futuro, como se suele decir: "para un por-si-acaso". Lo que el castellano manchego quiere comprar con sus ahorros no es otra cosa que tranquilidad. Por eso los recortes tienen otra virtud de cara a esas gentes: ellos saben que la austeridad es la mejor manera de salvaguardar pensiones, sanidad, educación, asistencia social, que es lo fundamental para un pueblo que necesita poco más para ser feliz.
¿Cómo no se dan cuenta nuestros gobernantes que lo que realmente está pidiendo la gente es precisamente eso? Desde luego María Dolores se ha dado cuenta y a mi juicio creo que acertadamente.
Hace muchos años, cuando por primera vez tuve que enmendar unos presupuestos, pedí consejo aun exministro, Rafael Arias Salgado, que por aquellos tiempos del CDS le tenía a mano. El me dijo que el margen de disponibilidad de un presupuesto, es decir todo aquello que se puede emplear para “hacer política”, estaba en el entorno del 10%. Recortar el 20 como pretende María Dolores podría parecer excesivo; sin embargo dadas las especiales circunstancias de las comunidades autónomas podría no serlo, y me explico:
Las comunidades autónomas, por lo general, y las socialistas en particular, se orientan a la sistemática caza de voluntades. No en vano donde se establece un gobernante mediocre, pero con las cosas claras en lo que al “pesebre” se trata, se eterniza en el poder. De tal manera que la esencia de esos gobiernos se instala en la explotación, al máximo, de ese criterio de clientelismo sistemático. A lo largo de mi vida política he seguido ese fenómeno y a veces he llegado a pensar que, como en el Ejército, los socialistas de mi región disponían de “escalafón”.
Y es ese “pesebre” el que se financia con el exceso de gasto, porque en muchos casos es imposible exhibirle en el presupuesto y debe financiarse mediante la formación de múltiples organizaciones interpuestas, cuyo único fin es ordeñar las cuentas. Por esa razón, estos recortes tienen un valor añadido: permitirán, sin el más mínimo esfuerzo por parte del gobierno, el desmonte de toda una estructura que alberga en su interior el verdadero sostén del régimen caído.
En los últimos meses, en mi entorno familiar, se han vivido bajada de salarios, por una u otra razón, de casi todos sus componentes, bien dependientes de la administración, como de empresas privadas. Con ese caldo, que vengan los de Comisiones o UGT a protestar porque les quitan 500 liberados, o por que los maestros trabajen veinte horas a la semana da risa. Tengo enfrente una escuela y ya, esta mañana, estaban los deudos del déficit de "aquelarre". Un transeúnte que pasaba por la acera y los reconoció comentó en voz baja al cruzarse conmigo, no sé si con la intención de que le oyese: “gandules y buscavidas”. Bueno quizá no en todos los casos, pero en algunos se nota demasiado.
P.D. Ayer el Tribunal Superior de Justicia de Madrid archivó la causa de Bárcenas y Galeote. Me alegro por ellos, pero también por haber acertado en el análisis que hacía en el artículo del ocho de agosto -LA DIMISIÓN DE FRANCISCO CAMPS-.

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