domingo, 13 de febrero de 2011

LOS SIETE NIÑOS DE ÉCIJA VI "SEGÚN Y COMO"


Hasta finales del siglo XIX, los precios de los productos de venta al público no estaban determinados. Uno iba a comprar a la tienda o al almacén y los precios eran “según como”. Según como había sido la meteorología. Las plagas, la estabilidad política del país productor, las guerras, las pandemias, la demanda, en definitiva una serie de causas que condicionaban el precio final del producto. Pero un buen día hubo un francés que se arriesgó, y puso en su tienda de París precio a todos los productos que vendía. Esa tienda, que vendía 400.000 francos al año pasó, diez años después, a vender 60 millones de francos. El empresario en cuestión era Aristide Boucicaut, fundador de las galerías La Fayette. A partir de ese momento los precios dejaron de ser consecuencia del regateo, o de la negociación, elementos de frustración para cualquier comprador que, a la hora de fijar el precio, no contaba con la misma información que el vendedor, perfecto conocedor de hasta que punto podía estirar la cuerda.
Aquello fue el inicio de una nueva era en las relaciones comerciales, en las que los compradores o usuarios se enfrentaban al hecho de la compra, de un producto o servicio, en igualdad de condiciones que el vendedor.
Pues bien, de un tiempo a esta parte se está produciendo un claro retroceso en esa manera de entender el comercio, para volver al regateo, y no estoy hablando de la tienda de la esquina, sino grandes empresas.
Hace unos meses mi hija que tenía un modem USB para su portátil, cuando le instalaron en su casa el teléfono fijo con ADSL, llamó para darse de baja. La ofrecieron nuevas tarifas cada vez más baratas, pero como ella insistía en la baja, directamente le ofrecieron una tarifa de “0” euros. Solo le cobrarían poca cosa en el caso de acceder a INTERNET. Unos días después hablando con un empresario que tenía contratadas las Páginas Amarillas, me comentó que pagaba una cuota de alrededor de mil euros al año, decidido a prescindir del servicio, le han bajado la cuota a doscientos mas IVA. Este fin de semana ha sido noticia la feria de telefonía móvil en Barcelona, no por los productos y servicios que en ella se ofrezcan, sino por los precios de los hoteles que han llagado a multiplicar por diez su precio. Me cuentan que en los grandes almacenes los indicadores digitalizados de los precios están en contacto con el ordenador central, que los cambia en función de la afluencia de público. Así que un sábado por la tarde la compra te saldrá más cara que un lunes por la mañana. Por otra parte si quieres ver bajar tu tarifa de móvil pide la portabilidad a otra empresa.
Volvemos a la selva, la seriedad que Don Aristide estrenó allá por 1850, se la están cargando los que entiende a los usuarios como una masa a la que manejar a su antojo. Y en efecto, la verdad es que lo consiguen.
No se me ocurren grandes maneras de luchar contra esto. Pero hace tiempo que no compro, y mucho menos contrato, nada por teléfono. Poco o mucho, sistemáticamente te engañan.

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