“No se hace nada nuevo bajo el sol” dice el Eclesiastés, sin duda, el libro más profundo, a la vez que sencillo, que nunca haya leído.
Los últimos acontecimientos me han traído a la memoria la poca historia del Imperio Romano que uno maneja. Augusto introdujo en la política de Roma un elemento que sería determinante en la historia del imperio a lo largo de los siguientes 300 años: la llamada Guardia Pretoriana. Con la intención de proteger al emperador, este cuerpo de 9000 guardias, seleccionados y bien pagados, llegaron a tener tal poder que ponían y quitaban emperadores a su antojo, e influían en la política del imperio de manera determinante. Sejano y el odiado Tigelino dieron muestras sobradas de todos estos manejos.
Los silbidos del desfile de la fiesta Nacional, y su “manejo” posterior por parte de la patulea mediático-progresista son claro ejemplo de que Sejano se mueve. Se mueve con sus seleccionados y bien pagados pretorianos. Esos qua acumulan medallas, ascensos y gabelas, a la vez que traiciones a la patria que juraron defender, y a los principios de honestidad que deberían guiar sus actos como defensores del ordenamiento jurídico. No entro en lo de las comisiones, recibidas de particulares, que con las que reciben del Gobierno ya tengo bastante.
Octavio, además consiguió que un cuerpo que debía defender la República pasase a ser defensor acérrimo del Imperio. Vamos, el mundo al revés. Algo parecido puede estar pasado en nuestro país, y con Sejano de por medio todo es posible. Hay que estar ciego para no ver que el numerito de los silbidos, donde posiblemente hubiera más pretorianos que otra cosa, es el pretexto perfecto para poner en marcha una campaña con el objetivo concreto de acercar al PP a la extrema derecha.
La mezcla de los silbidos, con el culebrón del caso Neira y lo del Thea Party, es una pócima que con el SITEL haciendo horas extraordinarias puede llevarnos a Calígula o Nerón. Hacer emperador a Claudio lo consiguieron el 11M.
Los últimos acontecimientos me han traído a la memoria la poca historia del Imperio Romano que uno maneja. Augusto introdujo en la política de Roma un elemento que sería determinante en la historia del imperio a lo largo de los siguientes 300 años: la llamada Guardia Pretoriana. Con la intención de proteger al emperador, este cuerpo de 9000 guardias, seleccionados y bien pagados, llegaron a tener tal poder que ponían y quitaban emperadores a su antojo, e influían en la política del imperio de manera determinante. Sejano y el odiado Tigelino dieron muestras sobradas de todos estos manejos.
Los silbidos del desfile de la fiesta Nacional, y su “manejo” posterior por parte de la patulea mediático-progresista son claro ejemplo de que Sejano se mueve. Se mueve con sus seleccionados y bien pagados pretorianos. Esos qua acumulan medallas, ascensos y gabelas, a la vez que traiciones a la patria que juraron defender, y a los principios de honestidad que deberían guiar sus actos como defensores del ordenamiento jurídico. No entro en lo de las comisiones, recibidas de particulares, que con las que reciben del Gobierno ya tengo bastante.
Octavio, además consiguió que un cuerpo que debía defender la República pasase a ser defensor acérrimo del Imperio. Vamos, el mundo al revés. Algo parecido puede estar pasado en nuestro país, y con Sejano de por medio todo es posible. Hay que estar ciego para no ver que el numerito de los silbidos, donde posiblemente hubiera más pretorianos que otra cosa, es el pretexto perfecto para poner en marcha una campaña con el objetivo concreto de acercar al PP a la extrema derecha.
La mezcla de los silbidos, con el culebrón del caso Neira y lo del Thea Party, es una pócima que con el SITEL haciendo horas extraordinarias puede llevarnos a Calígula o Nerón. Hacer emperador a Claudio lo consiguieron el 11M.
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