El 12 de octubre de 2008, hacía unas reflexiones sobre el Estatuto de Castilla la Mancha en este mismo blog, en un artículo que titulé “Panorama antes de la batalla”.Eran los días en que el mencionado estatuto se iba a presentar en las Cortes Generales.
En él analizaba las dificultades a que se debería enfrentar en su tramitación y terminaba diciendo que con un poco de suerte, para los diputados nacionales de Castilla la Mancha: “a ese toro le devuelven al corral”.
No hacía falta ser profeta para saber que es lo que iba a ocurrir. Simplemente había que conocer el peso político de Castilla la Mancha, en el concierto nacional, que es muy poco, por no decir nada.
Ahora tenemos de nuevo a Barreda diciendo que la culpa la tiene el PP. Que no sabemos defender los intereses de Castilla la mancha como él lo hace. Y yo me pregunto: ¿después de treinta años de defender tan bien defendidos nuestros intereses, por qué pintamos menos que la Blasa en los Títeres?
Este hecho es “el suma y sigue” de una situación derivada de la dependencia política de nuestros representantes a lo largo de estos años. Desde que Guerra impuso a Bono, en contra de la voluntad del Comité Federal del PSOE de Castilla la Mancha, que había elegido a Jesús Fuentes, todos los representantes socialistas no han hecho otra cosa que plegarse a los intereses de Madrid, Bono incluido. La única diferencia con Barreda es la habilidad de aquel para montar los números mediáticos que hicieran falta para engañar la candidez de nuestros paisanos.
En el PP las cosas no fueron mejor en la medida en que nuestros líderes siempre fueron producto de la designación del aparato y no de su ascendiente en la organización regional. Las cosas en la actualidad no han cambiado. Seguimos teniendo, más que nunca, unos líderes producto de la designación, por más que tengan mucha fuerza en la organización, como pueda ser el caso de María Dolores. Fuerza, que en este caso, le viene dada, de quien no puede poner los legítimos intereses de Castilla la Mancha por delante de los de otras regiones.
Pero la realidad política es que nos encontramos, de nuevo, ante unos hechos que nos sitúan en ese papel de “traidores” a los intereses de Castilla la Mancha, por más que no sea cierto. Barreda va a retirar el Estatuto de las cortes Generales porque sabe de sobra que ni Pagín, ni de la Vega, van a enfrentarse a los sus votantes en Valencia, aprobando ese texto. El problema es que al PSOE regional le dejan, en Madrid, tirar de la cuerda hasta el límite, y a nosotros no.
Puede ser que la actitud del PP sea de pura coherencia con nuestros postulados hidrológicos, que fueron recogidos magistralmente en el último PHN de Aznar. Pero si así fuese, no deberíamos haber empezado a andar el camino de la caducidad del Trasvase. No se entiende, que en Castilla la Mancha votáramos la caducidad, y ahora no seamos capaces de admitir una reserva estratégica, Ese argumento le explotarán hasta la saciedad, y nos pasará factura.
No entiendo como no defendimos en el Parlamento Nacional la caducidad hasta el final. Esa era la única puerta por donde no habrían podido pasar ni el PP ni el PSOE, y hubiera dejado en evidencia a Barreda. Caer en la trampa de la reserva estratégica, e intentar cambiarla por el manifiesto de una necesidad de agua, es un error que ha permitido al PSOE, no cumplir su promesa y además quedar mejor que nosotros.
En él analizaba las dificultades a que se debería enfrentar en su tramitación y terminaba diciendo que con un poco de suerte, para los diputados nacionales de Castilla la Mancha: “a ese toro le devuelven al corral”.
No hacía falta ser profeta para saber que es lo que iba a ocurrir. Simplemente había que conocer el peso político de Castilla la Mancha, en el concierto nacional, que es muy poco, por no decir nada.
Ahora tenemos de nuevo a Barreda diciendo que la culpa la tiene el PP. Que no sabemos defender los intereses de Castilla la mancha como él lo hace. Y yo me pregunto: ¿después de treinta años de defender tan bien defendidos nuestros intereses, por qué pintamos menos que la Blasa en los Títeres?
Este hecho es “el suma y sigue” de una situación derivada de la dependencia política de nuestros representantes a lo largo de estos años. Desde que Guerra impuso a Bono, en contra de la voluntad del Comité Federal del PSOE de Castilla la Mancha, que había elegido a Jesús Fuentes, todos los representantes socialistas no han hecho otra cosa que plegarse a los intereses de Madrid, Bono incluido. La única diferencia con Barreda es la habilidad de aquel para montar los números mediáticos que hicieran falta para engañar la candidez de nuestros paisanos.
En el PP las cosas no fueron mejor en la medida en que nuestros líderes siempre fueron producto de la designación del aparato y no de su ascendiente en la organización regional. Las cosas en la actualidad no han cambiado. Seguimos teniendo, más que nunca, unos líderes producto de la designación, por más que tengan mucha fuerza en la organización, como pueda ser el caso de María Dolores. Fuerza, que en este caso, le viene dada, de quien no puede poner los legítimos intereses de Castilla la Mancha por delante de los de otras regiones.
Pero la realidad política es que nos encontramos, de nuevo, ante unos hechos que nos sitúan en ese papel de “traidores” a los intereses de Castilla la Mancha, por más que no sea cierto. Barreda va a retirar el Estatuto de las cortes Generales porque sabe de sobra que ni Pagín, ni de la Vega, van a enfrentarse a los sus votantes en Valencia, aprobando ese texto. El problema es que al PSOE regional le dejan, en Madrid, tirar de la cuerda hasta el límite, y a nosotros no.
Puede ser que la actitud del PP sea de pura coherencia con nuestros postulados hidrológicos, que fueron recogidos magistralmente en el último PHN de Aznar. Pero si así fuese, no deberíamos haber empezado a andar el camino de la caducidad del Trasvase. No se entiende, que en Castilla la Mancha votáramos la caducidad, y ahora no seamos capaces de admitir una reserva estratégica, Ese argumento le explotarán hasta la saciedad, y nos pasará factura.
No entiendo como no defendimos en el Parlamento Nacional la caducidad hasta el final. Esa era la única puerta por donde no habrían podido pasar ni el PP ni el PSOE, y hubiera dejado en evidencia a Barreda. Caer en la trampa de la reserva estratégica, e intentar cambiarla por el manifiesto de una necesidad de agua, es un error que ha permitido al PSOE, no cumplir su promesa y además quedar mejor que nosotros.