Con las vacaciones a la vista, no tengo por menos que despedirme hasta el próximo curso, no sin antes hacer la obligada recapitulación de lo que han sido los últimos meses en la política nacional y regional, y el balance no puede ser más desastroso.
En la región nos despedimos con el informe del Banco de España sobre la Caja de Castilla la Mancha, no es que diga nada que ya no supiéramos, pero puesto negro sobre blanco por la más alta instancia financiera, dirigida por una persona nombrada por el PSOE, supone un correctivo a los socialistas de la región sin paliativos.
Cuando ayer leía la noticia no tuve por menos que acordarme de la consejera Araujo, la “listilla” de la Junta que mientras presumía de las “triple A” de la agencia MUDIS, dejaba que su compañero de partido, repartiese entre los ricachones y amigos socialistas de la región, los caudales que los castellano-manchegos habían ahorrado durante generaciones de sudor, trabajo y privaciones.
Para variar, la dignidad hidráulica salvada “in extremis” por dos ciudadanos "de por Talavera", que llevaron cogidos de las orejas a los dos partidos más fuertes de la región a una manifestación que escasamente sirvió para que algunos se lavaran la cara. Dejando claro el entreguismo de los políticos de la tierra y que el futuro del Tajo es hoy más negro que nunca.
El paro y el cierre de empresas ha sido el denominador común en toda España pero espacialmente en Castilla la Mancha. Nuestra región muy sensible al sector de la construcción ha pagado más que ninguna otra su desplome.
A nivel nacional las cosas no pueden haber ido peor, no estoy hablando solamente de la crisis económica y de la inacción de un gobierno de incapaces parapetados en declaraciones grandilocuentes tejidas en una semántica pueril de obrerismo irredento, que no esconde otra cosa que las miserias de unos pequeño-burgueses que se resisten a reconocer que sucumbieron a las mieles del capitalismo hortera, que siempre criticaron y que fue la peana que utilizaron para encaramarse en el poder.
No, me estoy refiriendo a la destrucción sistemática de todo lo que España ha sido y representado en los últimos siglos:
El viaje a Gibraltar del memo más grande que nunca haya dado la diplomacia española. Habría que remontarse al ridículo que Carlos IV y su hijo Fernando VII hicieron ante Napoleón en Bayona, para encontrar un referente histórico de tan grotesca ocurrencia.
Me estoy refiriendo a la postración del gobierno ante los “nuevos ricos” de Esquerra, que no caben en sí de la “patada en los huevos” que nos han dado a todos los españoles.
Estoy hablando de la soberbia de un engreído que no ha asumido que es producto de mil casualidades funestas y de la intención de los barones de su partido de poner “al más tonto de la clase”, y no tiene la más mínima idea de lo que es un hombre de estado ni cree hacerle falta saberlo.
Por qué no hablar de la puesta en servicio de todo un Estado: Gobierno, Justicia, Policía, Bancos, Instituciones, y de principios fundamentales: Libertad, Derechos, Seguridad etc. a las necesidades políticas de los socialistas con Zapatero a la cabeza.
Como no hablar de la injusticia que representa que casi la totalidad de los parados en España sean consecuencia de la falta de competitividad de nuestras empresas, lastradas por unos gastos que solo sirven para financiar la voracidad de una administración insaciable, y las prebendas de los que tienen empleo fijo.
Pues bien, por si todo esto no fuera suficiente, los ciudadanos españoles nos encontramos que nuestra única tabla de salvación que debería ser la oposición está haciendo agua por todas partes. Un partido sin proyecto, sin mensajes, sin contenidos y casi siempre a remolque de los acontecimientos, dirigidos por una pléyade de funcionarios aventajados que saben menos de política que cualquier concejal de pueblo. Un partido que contempla de brazos cruzados la demolicion, por parte de Zapatero, de los principios que han inspirado toda nuestra acción política y nuestra razón de ser como partido. No se explica de otra manera los datos de la última encuesta del CIS.
Con este plan no me extraña que millones de españoles hayan decidido sentarse en la cuneta de la desesperanza, solo pendientes de resolver sus propios problemas, dado que en España ya no hay proyectos colectivos por los que luchar, incluso por los que merezca la pena sacrificarse.
¡¡Vuelve Aznar!!
En la región nos despedimos con el informe del Banco de España sobre la Caja de Castilla la Mancha, no es que diga nada que ya no supiéramos, pero puesto negro sobre blanco por la más alta instancia financiera, dirigida por una persona nombrada por el PSOE, supone un correctivo a los socialistas de la región sin paliativos.
Cuando ayer leía la noticia no tuve por menos que acordarme de la consejera Araujo, la “listilla” de la Junta que mientras presumía de las “triple A” de la agencia MUDIS, dejaba que su compañero de partido, repartiese entre los ricachones y amigos socialistas de la región, los caudales que los castellano-manchegos habían ahorrado durante generaciones de sudor, trabajo y privaciones.
Para variar, la dignidad hidráulica salvada “in extremis” por dos ciudadanos "de por Talavera", que llevaron cogidos de las orejas a los dos partidos más fuertes de la región a una manifestación que escasamente sirvió para que algunos se lavaran la cara. Dejando claro el entreguismo de los políticos de la tierra y que el futuro del Tajo es hoy más negro que nunca.
El paro y el cierre de empresas ha sido el denominador común en toda España pero espacialmente en Castilla la Mancha. Nuestra región muy sensible al sector de la construcción ha pagado más que ninguna otra su desplome.
A nivel nacional las cosas no pueden haber ido peor, no estoy hablando solamente de la crisis económica y de la inacción de un gobierno de incapaces parapetados en declaraciones grandilocuentes tejidas en una semántica pueril de obrerismo irredento, que no esconde otra cosa que las miserias de unos pequeño-burgueses que se resisten a reconocer que sucumbieron a las mieles del capitalismo hortera, que siempre criticaron y que fue la peana que utilizaron para encaramarse en el poder.
No, me estoy refiriendo a la destrucción sistemática de todo lo que España ha sido y representado en los últimos siglos:
El viaje a Gibraltar del memo más grande que nunca haya dado la diplomacia española. Habría que remontarse al ridículo que Carlos IV y su hijo Fernando VII hicieron ante Napoleón en Bayona, para encontrar un referente histórico de tan grotesca ocurrencia.
Me estoy refiriendo a la postración del gobierno ante los “nuevos ricos” de Esquerra, que no caben en sí de la “patada en los huevos” que nos han dado a todos los españoles.
Estoy hablando de la soberbia de un engreído que no ha asumido que es producto de mil casualidades funestas y de la intención de los barones de su partido de poner “al más tonto de la clase”, y no tiene la más mínima idea de lo que es un hombre de estado ni cree hacerle falta saberlo.
Por qué no hablar de la puesta en servicio de todo un Estado: Gobierno, Justicia, Policía, Bancos, Instituciones, y de principios fundamentales: Libertad, Derechos, Seguridad etc. a las necesidades políticas de los socialistas con Zapatero a la cabeza.
Como no hablar de la injusticia que representa que casi la totalidad de los parados en España sean consecuencia de la falta de competitividad de nuestras empresas, lastradas por unos gastos que solo sirven para financiar la voracidad de una administración insaciable, y las prebendas de los que tienen empleo fijo.
Pues bien, por si todo esto no fuera suficiente, los ciudadanos españoles nos encontramos que nuestra única tabla de salvación que debería ser la oposición está haciendo agua por todas partes. Un partido sin proyecto, sin mensajes, sin contenidos y casi siempre a remolque de los acontecimientos, dirigidos por una pléyade de funcionarios aventajados que saben menos de política que cualquier concejal de pueblo. Un partido que contempla de brazos cruzados la demolicion, por parte de Zapatero, de los principios que han inspirado toda nuestra acción política y nuestra razón de ser como partido. No se explica de otra manera los datos de la última encuesta del CIS.
Con este plan no me extraña que millones de españoles hayan decidido sentarse en la cuneta de la desesperanza, solo pendientes de resolver sus propios problemas, dado que en España ya no hay proyectos colectivos por los que luchar, incluso por los que merezca la pena sacrificarse.
¡¡Vuelve Aznar!!