jueves, 29 de noviembre de 2018

EL COCHE ELÉCTRICO


   Este gobierno no resolverá ninguno de los problemas que el pueblo llano tiene pendientes, pero tiene una habilidad inaudita pare crearle otros nuevos. Andan todos los propietarios de coches, ya sean de gasolina, gas-oíl, incluso híbridos, como “pollo sin cabeza” sin saber: que coche comprar, cuanto tiempo le durará el que tiene, si tendrá que tirar su coche con motor de gas-oíl, si deberá comprarse un coche eléctrico para poder entrar y/o trabajar en Madrid, etc. Todo, consecuencia del gobierno de irresponsables e incompetentes que tenemos. Gobierno que por un titular “progre-güai, no duda en cargarse una industria e introducir el desasosiego en el cuerpo de la gente.
    Cuando me preguntan yo digo siempre lo mismo: “hasta que un policía te impida circular con tu coche, no hagas caso alguno”. Todo esto tiene más de cuento y de intereses que otra cosa.
   Hay una realidad. Tengo el coche de gas-oíl más grande, más potente y con más prestaciones de los que he tenido en mi vida y es el que menos consume. Creo que eso le pasa a la mayoría de la gente. Pero hay que saber algunas cosas que no se dicen de los coches eléctricos y que convendría saber.
   En el coche eléctrico hay dos cuestiones que no están resueltas. Las baterías hoy por hoy son caras y pesadas. Su material, el litio, escaso. Son lentas a la hora de cargar, sin deteriorarlas. Limitan seriamente el desplazamiento y la disponibilidad del vehículo. Como consecuencia el coche eléctrico solo se podrá circunscribir a un uso muy específico, muy lejos del coche multiusos  al que estamos acostumbrados.
   También se habla de manera falaz, de lo barato que será cargar la batería: “con la tarifa valle solo 7 céntimos el Kw/h”. Se han quedado calvos de tanto pensar. Si repasamos los datos del Ministerio de Industria la Demanda de Electricidad, ayer estaba entre los 22.000 Mw. en horas valle y los 37.000 en las horas pico. ¿Pero qué pasará cuando en las horas valle se enchufen, en España, treinta millones de vehículos dispuestos a recargar treinta millones de baterías con una capacidad media de 50 Kw/h? Pues que los valles se convertirán en picos altísimos y los picos en valles profundos. Todo esto implica tener que duplicar la generación, ¿cómo? y los medios de transporte y distribución. ¿A cuánto quedará el KW/h cuando ocurra esto… si es que es posible producirlo?
   A mi juicio el futuro, fuera de demagogias, está en el coche hibrido. No tiene limitaciones al desplazamiento, consume poco, y dispone de una batería que bien podría servir para hacer desplazamientos “todo eléctrico” en zonas concretas de las grandes ciudades.

  

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