Los seguidores de un blog serán pocos o muchos, les parecerá
bien o menos bien lo que publicas, pero en general son pocos los que te
escriben comentando su opinión, ya sea para manifestar su acuerdo o bien su
desacuerdo. Estos últimos días sin embargo han sido una excepción.
Primero manifestar mi reconocimiento a un experto en latín
que me indicó que no era “quid” si no “cui” porque al ser “a quien”, es decir
COI, le corresponde el dativo. Tengo que decir que me “dolí en varas”, pues a
pesar de ser de ciencias estudié latín, y la declinación del “qui quae quod”, me la sé desde los
trece años. Pero sobre todo quiero dirigirme a los que me manifestaron su apoyo
por el artículo sobre Charly, y los que después de celebrada las primarias me
hicieron ver mi error: algunos con dolor, otros con satisfacción.
A todos ellos les quiero hacer llegar algunas reflexiones. No
siempre el que no gana pierde. En este caso en concreto Charly no habrá ganado
unas primarias, pero nadie podrá decir que eso se pueda contabilizar como una
derrota. Sacar un 35% de los votos de un partido con el “aparato” en contra, es
toda una hazaña. Yo dije en el artículo que no tenía el apoyo del “aparato”,
pero después de los hechos vividos nadie podrá negar que ha tenido a los “fornidos
capataces” como locos luchando en su contra. ¿Quién sería capaz de sacar algo
parecido en sus mismas circunstancias?
No, Charly no solamente no ha perdido, si no que ha dado una
lección de pundonor, de arrojo democrático. Solamente su concurso ha servido
para hacernos ver que dentro PP de Castilla la Mancha todavía quedan personas
dispuestos a librarse de la losa que nos ha dejado Cospedal después de su
marcha.
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