Bueno, ha ganado Trump, y andan todos como “rata por
tirante”. ¡Una vez más se impone el populismo demagógico, el nacionalismo
egoísta, el “chulo de barraca”! No hay de qué preocuparse, aquí los tenemos a
montones y no pasa nada, incluso muchos los tienen por buenos. ¿Qué diferencia hay
entre Tump y Mas?, por ejemplo. Incluso los hay que dicen: “tienen que tenernos
miedo”, bueno pues no querías caldo…
Claro que habría que preguntarse cuál ha sido el secreto de
la victoria de Donal Trunp. Yo no soy de los que pienso que los americanos son
tontos. Con los americanos pasa un poco como pasaba con los españoles, que
todos nos veían en los toros y bailando sevillanas. Bueno en EE.UU. pasa algo
parecido mucha gente los ve con revólver al cinto, y a ver quien saca más
rápido. Pues ni lo uno ni lo otro. La pujanza de los EE.UU, no es consecuencia
de esa imagen de Western, sino de una sociedad adelantada, moderna, culta, por
supuesto democrática, que tiene sus peculiaridades, sí, como las tenemos todos.
Posiblemente lo que haya ocurrido es que la sociedad
americana estaba harta de tanto progre de salón. Hace unos días leía un
comentario de unos autores francesas refiriéndose al termino “bobo”
(bourgeois-bohème), lo definían como personas que ganan mucho dinero, que viven
en casas estupendas, que poseen coches de alta gama, pero que van al trabajo en
un Smart y visten camisas de Valentino pero sin corbata, cuando no se disfrazan
de “mendigo chic”. Son personas económicamente a la derecha pero ideológicamente a la izquierda.
Esta gente ha hecho de lo políticamente correcto su religión
y a ello se entregan con el ardor del converso. Se erigen en sumos sacerdotes y
determinan como jueces supremos lo que es bueno y lo que no lo es. Ese
sacerdocio les permite parapetarse en la impunidad, y dar rienda suelta a sus
conveniencias y a las de los suyos. Son ricos y de izquierdas: la cuadratura
del círculo. Los pobres y de derechas eran los tontos, bueno pues estos son los
listos.
Y a lo mejor lo que ha ocurrido en los EE.UU. es que se han
hartado de ver a tanto listo dándose la vida padre, y los que no lo son tanto,
se han cansado de financiar a tanta exquisitez ideológica. Es difícil desde la
distancia y el desconocimiento evaluar estos resultados, pero sí hay una cosa que
oí decir a Donald Tump que me gustó: voy a acabar con el politically correct. No sería mala cosa terminar con lo que es la
fuente más grande de cinismo de la historia de la humanidad.
Esa religión se basa en postulados muy simples. Por ejemplo:
la derecha es fascista. Tanto ha calado ese mensaje que ni los propios de la
derecha se atreven a decir que son de derechas. Que si de centro derecha,
demócrata cristiano, como mucho conservadores, alguno liberal. Claro, como
además los únicos que se atreven a decirlo son los de la extrema derecha,
resulta que a confesión de parte…Ese chollo ha permitido a los mandarines de la
nueva religión, quedarse sin nadie enfrente que les ponga en evidencia.
Otro sostén de esa religión es el del feminismo. Nadie
defiende a la mujer como ellos. Ni nadie se ha hecho un sostén a costa de
semejante ideología como los miembros y miembras de la misma. Habría que
retrotraerse a Doña Pilar Primo de Rivera y sus señoras para, encontrar algo
parecido, aunque creo que cobraban algo menos. Valga un ejemplo: a lo largo de
la campaña los comentarios de Donald Trump sobre el particular no ah sido lo
más acertados. Pero acaso nos olvidamos de quien tenía al lado doña Hilary, acaso
nos olvidamos del episodio de Mónica Lewinski. Que todo un Presidente de los
Estados Unidos pusiera de rodillas a una chica para hacer lo que hizo. Que su
señora, muy feminista ella, callara porque sabía que iba en el mismo paquete
que su marido. Que aquello pasara con un algo sin mayor importancia: “un acto
inapropiado”; la verdad es que la semántica la bordan. Que hubiera pasado si
eso lo hubiera hecho un gobernante de derechas, el propio Tramp, incluso.
El amor a la cultura, claro nadie los financia como ellos, y
digo “los” no “la”. En España cientos de millones a películas que no han
recaudado ni para pagar a los protagonistas, aunque todos han cobrado. Es
curioso `pero la película española que más éxito ha tenido en los últimos años
es una que precisamente lo que hace el mandar a paseo a lo políticamente
correcto, Siete apellidos Vascos. Eso sí llegado el momento se emplean a fondo:
con cejitas, numeritos e los Goya y demás parafernalia de los que se empeñan en
comer del presupuesto sin tener la mínima categoría artística.
El control de los medios es muy importante. Todo aquel
periodista que se salga del dictado establecido, será tratado como un apestado.
Da lo mismo lo que denuncie, si además denuncia sus mamandurrias será tratado
de “facha”, sin complejos. Dictadura mediática al viejo estilo: Persecución,
sesgo, mensajes subliminales, montajes, burda manipulación de la información,
silencios incomprensibles. Toda la
panoplia de lo que nos cansamos de ver en la dictadura, puesto al día por estos
demócratas de pacotilla. Todo vale para desacreditar al que intenta hacer su
trabajo honestamente.
Así podríamos seguir con los mandamientos de esta nueva
religión. Bien, pues todo eso ha mandado a paseo el Sr. Trump. Sin complejos ha
dicho lo que es, y aunque a muchos no nos guste, lo que sí ha hecho es
desenmascarar, a los que no dicen lo que son, quizás porque sería más
escandaloso que todos lo supiéramos. Las manifestaciones posteriores a los
resultados demuestran su catadura. Y eso es lo que los indigna, que cunda el
ejemplo y de una vez por todas se les haga frente.