jueves, 21 de mayo de 2009

THAT´S THE CUESTION


Esto parece el mundo al revés. Después de aguantar estoico un debate de estas características, después de ver la debacle de un Zapatero sin rumbo, con un rosario de propuestas, sin contenido real; que no es que fuesen “conejos sacados de una chistera”, es que en un alarde de malabarismo, un instante después los conejos se desvanecían quedando en nada. Cómo se puede considerar una propuesta seria los quinientos euros del plan prever, que prevé que las marcas de automóviles pongan mil euros, cuando estas marcas, por sí mismas, están haciendo rebajas de tres mil. Después de ver la réplica de Rajoy, la más contundente que yo jamás haya presenciado en el Parlamento. Después de escuchar la contrarréplica, sin sustancia alguna, del Presidente: Frases hechas por doquier, lugares comunes a mansalva, referencias pretéritas de aburrimiento, y demás florituras del “politically correct” al uso, resulta que hemos empatado el debate; en el mejor de los casos.
Creo que al margen del enojo que esto pueda producirnos, deberíamos “darle una vuelta”, y analizar qué es lo que está ocurriendo en este país. Cómo se puede despistar un pueblo de tal manera, para que con la que nos está cayendo un personaje como Zapatero pueda salir “vivo” de un debate de estas características. ¿O, acaso no están tan despistados los españoles?
A mi juicio hay varias cuestiones que podrían influir en este estado de cosas:
Por una parte creo que un pueblo que se equivocó clamorosamente en las elecciones del 11M (y no me equivoco de fecha), que vio impávido la venta de España en el Statut, la negociación con ETA, la persecución del castellano y otras lindezas por el estilo, podemos decir que ha pasado de la categoría de pueblo equivocado a la de pueblo moralmente secuestrado. Si además esas actuaciones se refrendan por segunda vez, como ocurrió en las elecciones del año pasado, honestamente, creo que una parte importante del electorado se siente rehén de este gobierno, ante la incapacidad de reconocer su error; y en esa huída hacia adelante, no le queda otro pretexto que decir que la alternativa no le gusta, por más que esa postura no resista el más leve análisis. No quieren reconocer el error que cometieron, dándole la razón a Mariano Rajoy, así de simple. Si cualquier español le perdonara a Mariano Rajoy la cuarta parte de lo que le están perdonando a Zapatero, el PP ganaría de calle cualquier confrontación electoral. El problema es que a Rajoy no se lo perdonan.
Otra cuestión a analizar es si Mariano Rajoy, en ese debate, no dijo lo que muchos españoles le querían oír, yo creo que no lo hizo. La crisis económica está golpeando con mucha dureza a los ciudadanos de España, pero esos ciudadanos están esperando a que alguien cante, de una vez por todas, “las verdades del Barquero”. El PP, por pura lógica, nunca ganará al PSOE unas elecciones haciendo lo mismo que él, para ello es necesario que el PP construya su propio discurso, y hay material más que suficiente. Hay que entrar en el hecho real de que más subvención, subsidio o déficit, equivale a más paro. Hay que entrar en el hecho cierto de que algunos derechos consolidados por los trabajadores son causa directa de la destrucción de empleo. Hay que entrar en la conculcación de los derechos ciudadanos en determinados autonomías. Hay que entrar en dar marcha atrás en le cesión de competencias, y más cuando vemos como hay lugares donde se están tomando las que no tienen. Hay que entrar en poner freno a la disparidad legislativa que produce el Estado de las Autonomías, y que aburre el más paciente inversor. Hay que poner freno a la contratación masiva de funcionarios, un lastre que no hay economía que lo aguante. Podría seguir pero no quiero cansar con algo, por otra parte, ya sabido por todos.
Sé que los riesgos son muchos, que habrá que tumbar muchos gigantes, pero a este País solo le sacará de la postración en que se encuentra el que esté dispuesto a hablar directamente a los ciudadanos, por encima de sus adversarios políticos, de los medios de comunicación, de los sindicatos, de muchos intelectuales, de los Al Gore de turno, y posiblemente por encima de no pocos de su partido. Es difícil pero no imposible, Margaret Thatcher lo consiguió en parecidas circunstancias.

martes, 5 de mayo de 2009

EL ORDEN OBLICUO DE EPAMINONDAS

Han pasado ya dos años de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas. Superado el ecuador es hora de ir pensando en las siguientes, que menos que dos años para preparar unas elecciones, cuando debería ser el objetivo permanente de toda la legislatura.
¿Cómo se preparan unas elecciones? Pues de la misma manera que se prepara cualquier confrontación, con estrategia y con táctica, desde luego no se preparan yendo al rebufo de los acontecimientos salvándolos de la manera más airosa posible.
En Castilla la Mancha históricamente, el PSOE presumía , creo que con razón ,de saber de antemano que es lo que tenía que hacer, cuando tenía que hacerlo, en que frentes tenía que luchar y con qué medios. Era un diseño al que se iban aplicando los distintos instrumentos tácticos, para conseguir los fines previstos en la estrategia. Todo funcionaba como un reloj.
En el PP las cosas eran de otra manera, excepción hecha de algunos periodos de Agustín Conde, nos movíamos con el voluntarismo, la improvisación, incluso la creatividad propia de le derecha, pero de esa manera era muy difícil tener la iniciativa, cuestión esta fundamental en cualquier confrontación. No se ganan unas elecciones yendo al socaire de los acontecimientos.
En la actualidad las cosas están más que interesantes, el PP sigue igual que siempre, en esto no hemos cambiado. Si es verdad que en la actualidad tenemos un plus, como es la presencia mediática de la Presidenta Regional, pero deberíamos preguntarnos si con esto es suficiente.
Por otra parte el PSOE está desconocido, no dan una, da la impresión que han perdido el control de la situación política del que antes presumían, y se mueven dando palos de ciego con una desorientación en las acciones inédita hasta hace poco tiempo.
Esta igualdad en las actuaciones es una oportunidad, para el PP, que no tiene precedentes. Diseñar las grandes líneas de actuación, poner en marcha las acciones para conseguir los objetivos marcados, movilizar las fuerzas políticas de la derecha, encuadrarlas en las acciones concretas, son movimientos imprescindibles si se quiere ganar. Ya sé que esto es más arriesgado, para los responsables, que esperar a heredar, solo se equivoca el que hace algo, pero son acciones que pueden ser imprescindibles si se quiere ganar.
Una estrategia que dio mucho juego en la Grecia Antigua, fue el Orden Oblicuo de Epaminondas, que después sería perfeccionada por Alejandro Magno, llegando a su máxima expresión en la batalla de Gaugamela. Consiste una vez enfrentados los dos ejércitos, y en vez de atacar en toda la linea del frente, reforzar el ala izquierda dejando retrasada la derecha y embestir con el objetivo de abrir brecha en la linea del adversario y envolverle por el flanco, En política, y más desde la oposición, no puede un partido enfrentarse en toda la linea del frente contra el que está en un una situación de ventaja como ocurre con el gobierno, conviene centrarse en uno o dos puntos donde sea vulnerable y una vez sobrepasado, cuando pierda la iniciativa, entrar en más asuntos, donde siempre estará en desventaja porque su objetivo será tapar la brecha.
Es importante no equivocarse a la hora de elegir cuales son esos puntos débiles, pues de lo contrario el desgaste le sufrirás tú. Por ejemplo el tema del aeropuerto de Ciudad Real no es, a mi juicio un punto débil, y menos en Ciudad Real, donde nos jugamos las elecciones. Si es a mi juicio un punto débil la Ságra, donde los efectos de la crisis causan estragos y no sería descabellado pensar, con unos resultados buenos en esa zona, doblar al PSOE en la provincia de Toledo y obtener un 7/5.
El entramado social y económico del PSOE de Castilla la Mancha es una fortaleza difícil de hollar, eso sin contar con su capacidad de reacción, impulsada desde las miles de almas que tienen en esa fortaleza sus tesoros más preciados. La crisis pega fuerte pero la gente solo cambia cuando además de estar harta ve enfrente alguien en quien confiar. Esa confianza solo será producto del trabajo, del rigor y de la seriedad de los planteamientos políticos, económicos y sociales, y no de la crítica pura y simple, por más que ésta pueda estar justificada.
Y sobre todo hay que echarse a la calle, hay que abandonar las poltronas, las reuniones con nosotros mismos para aplaudirnos y contarnos lo buenos que somos. Salir de la trinchera, de la rueda de prensa enlatada, para tirar chinitas al adversario, y buscar el campo abierto que es donde se ganan las batallas.