El domingo votamos. Por lo visto es la demostración fehaciente de que estamos en una Democracia. Da lo mismo si los candidatos que salen elegidos en orden a unas propuestas, al día siguiente, olvidan todo lo dicho para hacer lo que les viene en gana.
Es el caso de Mariano Rajoy en las elecciones de la mayoría absoluta. ¿Acaso hizo algo de lo que prometió a sus electores? No es un caso paradigmático de engaño flagrante a un electorado que se volcó con un partido para corregir la deriva perniciosa y letal del Estado Español en manos de Zapatero. ¿De que sirve la democracia, si se forma sistemática se desprecia la voluntad del electorado? ¿No es eso lo que hacen las dictaduras?
La Dictadura está más presente en nuestra vida diaria de lo que parece. No solo en lo que hace referencia a las imperfecciones del actual sistema democrático, si no en la instalación progresiva en nuestra vida diaria de sectores importantes en el que comportamiento totalitario es omnipresente.
La Administración Publica es un ejemplo claro de totalitarismo. El administrado ante su prepotencia se siente tan siervo como aquellos Siervos de la Gleba en la Edad Media. El Recurso como arma de defensa ante los desmanes no existe. El “vuelva Vd. Mañana” se ha transformado en: “si no esta de acuerdo se va al contencioso” de tal manera que el ciudadano tiene que elegir entre pagar los excesos confiscatorios de la Administración, en unos casos, o sus caprichos en otros, o pagarse un abogado. Los propios tribunales han tenido que advertir, del desmadre prevaricador de una Administración sedienta de dinero y dispuesta a vaciar los bolsillos de los administrados a la menor ocasión que se les presenta. Tiranos y ladrones en plena democracia.
Los medios de comunicación. En estos no me voy a entretener mucho, los del NODO al menos eran más modositos a la hora de ponerse de parte del dictador. En la actualidad no se disimula, sectarismo a raudales y en vena, da vergüenza mirar la televisión ante la poca profesionalidad de los que allí se asoman. La basura no está en los programas “rosa”, esta en los noticiarios y los presuntos debates. Solo les mueve el dinero que ganan a raudales.
Los bancos, son un instrumento indispensable en nuestra vida diaria. Estos que en su día eran los confidentes, sino confesores de nuestras cuitas económicas, se han transformado en verdaderos descuideros implacables a la hora de meterte la mano en el bolsillo. El rescate al Estado Español no fue necesario, porque durante un lustro, la Administración y los bancos nos robaron sin medida, con la connivencia de los gobiernos de turno, ningún demócrata, ni siquiera los Anticapitalistas de Podemos se prestan a investigar la gigantesca estafa de la que los españoles fuimos victimas y que supuso la ruina de muchas familias. De que sirve el sistema democrático si consiente que los poderosos le quiten el pan de la boca a los ciudadanos.
Las grandes corporaciones, como las compañías de telecomunicaciones, de servicios de internet etc. cada día son más opacas, más inaccesible a la hora de reclamar tus derechos, y cada día tienen mas información de nuestras vidas, más que nosotros mismos. Solo en los sistemas totalitarios se les ha puesto freno a sus andanzas. Las democracias no han sido capaces, sencillamente por que nuestros representantes están a órdenes de estos emporios financieros y tecnológicos. Estas corporaciones poco a poco nos van quitando nuestra condición de seres humanos libres para convertirnos en meros autómatas teledirigidos en orden a sus intereses. Cada día Orwell está más presente
Y para seguir la Religión. Yo viví la Dictadura, y la verdadera sensación de opresión, no me la produjo tanto el sistema político, quizás por que sabias lo que había, como la Iglesia, con sus permanentes amenazas de la condenación eterna. Pues en la actualidad me produce la misma sensación de opresión a la hora de expresarme como ciudadano libre, las consignas progres de la Iglesia de lo políticamente correcto, sus sacerdotes y sacerdotisas, encuadrados en las diferentes órdenes religiosas de la cosa, verdaderos pesebres donde hozan miles de inútiles que solo sirven para llamar fachas a los que no piensan como ellos. A tal punto que algunos profesionales del periodismo, del cine, la literatura, o creativos en general, han reconocido le existencia de una autocensura mas letal para su creatividad que la censura franquista.
Pero para terminar la más gorda: el recuento electoral. ¿Hay alguien que compruebe si los resultados electorales que aparecen en nuestras televisiones se corresponden con las actas de los colegios electorales?, ¿por qué a las personas que han querido investigarlo se les niegan esas actas? Pues ya se pueden poner a sumar los partidos en todas y cada una de las Juntas Electorales, que los miembros del gobierno, en las manos de los cuales está la cosa informática, no se caracterizan precisamente por su trasparencia.
Pues eso, que no me hablen de democracia que me da la risa.