La verdad sea dicha, el Congreso del PP se presenta
apasionante. Por primera vez en muchos años hay una confrontación que debería
sacar a la luz los errores que nos han llevado a la situación actual. Errores
que habrá que poner sobre la mesa si queremos superarlos y ponernos en
situación de avanzar de nuevo.
A mi juicio, el error más importante que ha cometido el PP en
los años de Rajoy, ha sido el seguidismo de las políticas de Zapatero. Nunca
hubieran imaginado los votantes que nos dieron la mayoría absoluta, que serían
ninguneados ideológicamente de manera tan absoluta. A tal punto ha sido la entrega
del PP a los criterios de sus adversarios políticos que ha parido un nuevo
partido que ya nos supera en intención de voto.
En Consecuencia, el Congreso debe sobre todo reformular
nuestros principios ideológicos, dejando de lado el cortoplacismo y los
intereses personales de los que nos han
llevado a esta situación.
Intereses que se han concentrado en la candidatura de Soraya,
representante genuina del “Jurasic Park” en el que se ha convertido el PP. Que
esta compañera tenga en Javier Arenas, Celia Villalobos, y demás instalados en
la nomenclatura su más firme apoyo, es un claro ejemplo de lo que representa.
María Dolores cayó víctima de sus propios criterios: cuando
dar la cara por el partido y sufrir el consecuente desgaste es motivo de
desprecio en vez de reconocimiento, no es de extrañar que ahora le paguen con
la misma moneda. Es injusto que una mujer que hizo frente a momentos muy
delicados del partido de los que no era
responsable, se la aparte de la organización, pero es exactamente lo mismo que
ella hizo en muchas ocasiones y en Castilla la Mancha hay algunos ejemplos.
Con todas las cautelas que exigen estos casos, solo Casado
puede iniciar la regeneración del PP. Es que Soraya es más de lo mismo, si esta
compañera triunfara el PP tendrá sus días contados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario