Hay un movimiento incipiente, pero no por ello ausente de
fuerza, sobre la idea de consumir aquello que tenemos más cerca: se llama “consumo
de proximidad”
Hay varias razones, algunas de orden medioambiental, otras de
orden social, incluso yo diría que las hay de orden político.
Es indiscutible que consumir productos locales tiene ventajas
medioambientales como es el ahorro en transportes y embalajes. Otras de índole social como es la creación de
puestos de trabajo. Pero sobre todo consumir productos locales, permite a las
empresas disponer de esa clientela fiel, de ese trampolín que les permita
avanzar en otros entornos.
Es frecuente cuando se acumulan los problemas echar la culpa
a los políticos o al gobierno, es el caso de Talavera, por poner un ejemplo
cercano. Y nadie se pregunta que podría hacer yo por los míos. En Talavera hay
dos fábricas de yogures que son los mejores que se fabrican en España, con
diferencia sobre los demás. En Talavera y alrededores hay una zona de
producción de lácteos y embutidos de altísima calidad, que frecuentemente pasan
desapercibidos por el consumidor. Así mismo hay una zona de producción de
verduras inmejorable, que no se identifican mezcladas con las que vienen de
otros sitios. Que decir en materia de confección, con marcas reconocidas en
todo el territorio español. Solo hay que hacer una cosa: determinar una
demarcación geográfica que a modo de “denominación de origen” establezca la
procedencia, y a vender.
Para irnos un poco más allá tengo que contar una anécdota:
soy jugador de golf. Los zapatos de golf son caros, deben ser impermeables y
transpirables cosa harto difícil, algunas marcas específicas no lo consiguen.
Hace unos días me compré un calzado de calle, intermedio entre el zapato y la
deportiva, me despisté y me fui a jugar con ellos. El campo estaba hasta arriba
de agua y barro, por supuesto que se mojaron y mucho…por fuera, por dentro los
calcetines secos. Me fui corriendo a ver la marca. Eran de Fuensalida, me
costaron 55€.
En Toledo, concretamente en Quintanar de la Orden se hace un
cacao para el “desayuno y merienda” tan bueno como el mejor, y además son más
honrados: en el envase ponen el porcentaje de cacao que lleva el producto.
Pero no solo hablo de alimentos, hablo de oficios, contratistas,
aparatos de todo tipo y condición, profesionales, seguros, bancos, etc. Hay que
tener claro que lo próximo me afecta para bien y para mal, en el caso del que
hablamos para bien. No te importe, incluso, pagar algo más por un servicio cercano,
que recibirás el reembolso antes de lo que piensas, y tendrás mejor servicio. Si
tuvieras que reclamar o pedir alguna información tendrás una persona cercana
que te atenderá en vez de la máquina de un “call center”.
Son ejemplos anecdóticos pero que ilustran una manera de
hacer las cosas. Pensar que puedo hacer por los que tengo alrededor, pues en la
medida en que les ayudo lo estoy también haciendo por mí mismo. Esto lo vienen
haciendo en Francia desde hace mucho tiempo, en Cataluña de siempre. Allí no
pienses que van a comprar algo de fuera si lo tienen al lado, y además
beneficiando a los suyos. Y esta es la componente política de la que hablaba al
principio.
En demasiadas ocasiones “LO MEJOR LO TIENES EN CASA”. ¡No es
un mal slogan!