El espectáculo que está dando la clase política española, no
puede ser más deleznable. Tanto en Cataluña como en el resto de España, no hay
un solo hombre de estado. No hay un solo político que alce la voz para defender
los intereses de los que dicen representar. Todas sus cuentas van encaminadas a
su particular aritmética electoral en orden a cubrir sus particulares
intereses.
No caben más miserables por metro cuadrado. Y mientras tanto
el pueblo atónito de tanto despropósito solo tiene como salida aguantar, y como
se descuide votar de nuevo, posiblemente para obtener el mismo resultado, o uno
parecido.
Quienes nos gobiernan? : Sin duda lo mas “pringaos” de la
historia de la democracia española. Ganapanes de lo público, fracasados, oportunistas
encaramados en las nuevas formaciones que solo buscan lo que dicen rechazar.
Charlatanes de viejas ideas que ya no tienen cancha ni siquiera donde nacieron.
Marionetas de los grandes medios de comunicación y de las grandes corporaciones
a las que dicen combatir. Burgueses de toda la vida disfrazados de progres,
Niños de papá criados en casa rica, que quieren dejar boquiabiertos a sus
progenitores exhibiendo su escalada social e institucional. Resentidos sociales que solo quieren destruir
lo que ellos no fueron capaces de construir, por ser la prueba más evidente de su
inutilidad. Soñadores de medio pelo, instalados en ínsulas, de las que sin duda
ellos quieren ser sus gobernadores; pero sin la sensatez de Sancho, capaz de
percibir su incapacidad para tanta responsabilidad. Nepotes que justifican la colocación
de toda la parentela, en base a una supuesta confianza, que lo que esconde es
su miseria moral, y el miedo a que se conozca su verdadera incapacidad
intelectual, (la mierda mejor lavarla en casa). Mejor no seguir no sea que vaya
a faltarle a alguno.
Sé que es predicar en el desierto, esta gente hacen oídos
sordos a todo lo que no sea su interés. Yo creo que la verdadera revolución
tendría que venir de dar la espalda a todo este “ganao”. Lo verdaderamente
revolucionario seria NO IR A VOTAR.
Algunos pueden pensar que hay que dar la batalla en las redes
sociales, pèro no. Esas redes son una trampa para la gente normal. Siempre que
opines al contrario de lo que dicte el régimen, te saldrán dieciocho poniéndote
a caldo. No, ellos no tienen otra cosa que hacer. Los demás nos ganamos la vida
trabajando. No puede haber competencia cuando tú tienes que luchar por sacar lo
tuyo adelante. A ellos se lo dan todo hecho. Por eso es un error creer en la supuesta
democracia de las redes sociales. Nada más
lejos de la realidad, esas redes están dominadas por los que tienen poco
que hacer, y no tienen demasiados problemas en la cabeza que les ocupe el
mínimo tiempo.
Es un entorno manipulado, en base a noticias fabricadas ad
hoc, verdades a medias, superficialidad, banalidad, demagogia, falta de rigor,
desconocimiento total y absoluto sobre el tema que se trate, todo se da por
bueno y se discute, cuando el origen de todo ello es la falsedad más absoluta.
¿Puede haber debate más estéril? Eso sin contar con los profesionales de la
cosa. La legión de asesores que en la actualidad rodean a nuestros políticos,
son en gran medida los llamados comunty manager. Profesionales de la manipulación
a favor de los que los contratan; aunque los paguemos nosotros.
Con unos medios de comunicación más vendidos de todo la
historia de España. Con los adelantos tecnológicos que podrían paliar semejante
entrega, inmersos en la trivialidad, la estulticia y la manipulación. Con unos
políticos incapaces para ver más allá de su ombligo. Solo queda retirarse del
campo de batalla, porque ya no se lucha por las ideas, por un modelo de
sociedad, por el futuro de nuestros hijos. Solo se lucha por ese bienestar que
algunos conseguimos con el trabajo duro, y otros quieren que se lo regalen.
Vamos que conmigo no cuenten, no participo de esta mascarada. Solo el día que
el pueblo español de la espalda a estos memos, empezarán a resolverse los
problemas.
Es que no se lo merecen, empezando por los míos, que son los
del PP. Si repasamos los resultados de las últimas Elecciones Generales, ocurre
que los que han sacado plaza son los más directos responsables del fracaso más
grande del PP de Castilla la Mancha en su historia. Hoy tenemos menos poder que
nunca hemos tenido, sea cual sea el nivel que se considere, municipal, regional
o nacional. Los responsables de ese fracaso están uno por uno con su acta de diputado o senador en el
bolsillo.
Pero hemos perdido ese poder cuando previamente disponíamos
del nivel más grande de poder de nuestra historia como partido. Gobiernos
municipales a manta, gobierno regional y gobierno nacional. Estos chic@s que
ahora deambulan por las poltronas del Congreso o el Senado, son sin duda los
que nos llevaron de lo más alto a lo más bajo. Y ahí los tenemos sin el menor
atisbo de sonrojo.
Lo más lamentable es que esta gente está cerrando el paso a
lo mejor del partido, a los que tienen mayor recorrido político. El caso de
Toledo es paradigmático. El Presidente Provincial que ha fracasado en la
provincia, permitiendo que todas las sinergias de la Diputación se concentraran
en los pueblos de dos o tres diputados para asegurar su reelección, dejando desasistidos
al resto. Preocupado de la cría de reses bravas, por la restauración de
carruajes de época, y por el bateau
mouche del embalse de Azután; con la situación social y económica que
estábamos sufriendo. La políticamente inconcebible salida del pleno del
Ayuntamiento de Toledo, cuando unos
padres querían denunciar el estado de sus hijos enfermos (me da lo mismo si
estaban o no manipulados). ¿Cómo puede sorprendernos que Ciudadanos nos
preparara el roto que nos ha hecho? Todo
esto no tiene perdón de Dios. Que compañeros con más proyección y capacidad
política, demostrada tanto en los platós de televisión, como en los foros
internacionales, se tengan que ir a su casa, no deja de tener gracia. Pero
podríamos hablar de la Alcaldesa de Ocaña, que merece el cielo solo por
aguantar la herencia de su compañero del partido, sin abrir la boca; o la
propia Rocío, que nadie sabe porqué apareció en su día en la lista del Congreso,
pero que nadie puede negar el intenso trabajo que ha realizado.
Y qué decir del Senado. Hombre, Tomás Burgos, como decía
Javier Arenas es “aparato”. Pero, ¿qué hay que agradecer a los otros dos
senadores, con importantes responsabilidades en la Organización, con este
fracaso histórico?
Lo que si hay que reconocer es coherencia, la que se
estableció en su día en este partido a raíz de la preparación del congreso de
Valencia: ¡los peores al poder! Para que no me hagan sombra.
El PSOE como siempre: si hay poder aunque sea con el diablo. Yo
en esta ocasión me lo pensaría un poco, porque en esta ocasión se da una
circunstancia distinta. No es que haya que pactar con Podemos, que a estos me
los tengo calados. Es que hay que pactar con unos señores que son deudos del separatismo
catalán y del vasco, en un momento en el que sobre todo en Cataluña van a por
todas. Hay que pactar con unos señores que para pasar por progresistas y
revolucionarios, no es que lleven rastas, o monten el numerito memo del niño en
el Congreso, es que han visto como única seña de identidad de su pretendida
revolución, machacar a España.
Es que hay que juntarse con unos señores que apoyan un
pretendido “derecho a decidir”, que es
la tapadera del mayor nido de corrupción de la historia reciente de Europa,
incluidos los antiguos países comunistas. De la mayor concentración de
oligarcas de toda España. Pero sobretodo de la mayor cantidad de ególatras,
insolidarios, egoístas y ávaros que se ha dado en la política española.
Pero en esto se podría equivocar Don Pedro, va a ser difícil,
si ese caso se diera, que los diputados socialistas puedan salir a la calle en
sus respectivas circunscripciones, sin ser objeto de todo tipo de escraches.
Escraches que desde que los hacen los de Podemos son políticamente correctos,
legales y una muestra de la libertad de expresión.
Por todo esto lo mejor es no votar: ¿Cómo podéis pedir a los que
los que ya fueron a votar tapándose la nariz y aguantando las arcadas, que
vuelvan a hacerlo de nuevo? No, mejor quedarse uno en su casa. O en su caso
echarse a la calle, que a algunos les ha dado buen resultado.