En estos días de pactos y negociaciones, las formaciones
emergentes hablan mucho de corrupción. No quieren contaminarse de aquellos
partidos que albergan en sus filas elementos corruptos. Todo esto me parece muy
bien; me parece bien que no quieran mezclarse con semejantes personajes. Pero
de lo que no estoy tan seguro es que quieran luchar contra la verdadera
corrupción.
Hay un elemento de la corrupción de la que se habla poco,
quizá porque nadie está dispuesto a corregirla. Me refiero a la que hace
referencia el Artículo 103-3 del Título IV de la Constitución Española: “La ley
regulará el estatuto de los funcionarios
públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de
mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho a
sindicación, el sistema de incompatibilidades y las garantías para la
imparcialidad en el ejercicio de sus funciones”. Lo que se resume en aquello de
igualdad, publicidad, mérito, capacidad e independencia.
Desde el comienzo mismo de la Transición, estos principios se
fueron socavando, especialmente cuando la izquierda entra en las instituciones,
hasta el día de hoy en que el acceso a la Función Pública se ha convertido en
remedo de algo que tenga que ver con aquellos principios. Bien es cierto que no
es igual en todas las administraciones. Va de más a menos empezando por los
ayuntamientos, siguiendo por las diputaciones, (en estas es de traca), después
las comunidades autónomas y por fin el estado donde parece hay algo más de
seriedad.
Esta corrupción soterrada de la que nadie habla, quizá porque
todos tengan mucho que callar, es el verdadero germen de la corrupción que
aparece después, que es la que sale en los periódicos. Esa función pública con
el pecado en el origen es tierra abonada para que después los políticos campen
a sus anchas.
Porque a ese funcionario que debe su puesto a los buenos
oficios de políticos, sindicalistas, de estos tanto o más que los políticos,
altos cargos de la administración, o a algún amigo bien situado en el tribunal
correspondiente, es difícil que pueda ejercer esa independencia a la que hace
referencia el Art. 103 de la Constitución, y que es fundamental a la hora de
pararles los pies a los que quieran aprovechar su cargo en beneficio propio, porque es gracias a ese cargo
por el que ellos están donde están.
La casuística se extiende no solo al acceso propiamente
dicho, sino a la posterior carrera profesional: Los complementos, las
comisiones de servicio, los niveles, las medallas, los ascensos y todo tipo de
gabelas que se conceden de manera arbitraria, a través de procesos exentos de
mínimo rigor, con el único fin de mejorar las remuneraciones presentes y
futuras de aquellos que se portan bien con los jefes.
Hay miles que han ido a sus oposiciones con el examen debajo
del brazo, o con parte de las preguntas, que se van a poner, o porque tienen
información privilegiada de por dónde van a ir las cosas. En esto la picaresca
supera a todos los clásicos del Siglo de Oro Español. Si entramos en los
concursos de méritos, se dan casos en que solo falta poner como mérito el
número del DNI del destinatario. La selva de atropellos es tan extensa que podríamos
editar un “Espasa” y no abarcaríamos toso los casos. Esto es conocido por
organizaciones sindicales, profesionales, funcionariales, políticos, no pocos
ciudadanos y todos callan, no sé si porque piensan que no tiene remedio, o
porque están esperando que les arreglen lo suyo. El caso del Tribunal de
Cuentas es paradigmático de la pérdida de la vergüenza en este campo.
En estas fechas se están estableciendo muchos pactos, muchos
de ellos inconcebibles. Se intentan buscar interpretaciones políticas. No las
hay, no puede haber interpretaciones políticas de muchas de las cosas que
estamos viendo. Pero si miramos esos pactos desde el punto de vista de
arreglarme la vida o las de mis niños, se empiezan a entender muchas cosas.
La asamblea del Ciudadanos, ayer en Murcia, decidió no
abstenerse y así propiciar que gobierne la lista más votada, que es la del PP,
y por el contrario apoyar un tripartito. ¿Alguien puede vislumbrar algún ápice
de interés político en esa decisión?, ninguno. Saben que en las próximas
generales Ciudadanos en Murcia no se come un colín. Pero en estos cuatro años
que tienen por delante, los tres partidos que entran con hambre de veinte años,
tienen campo libre para colocar a toda la parentela.
Y no penséis que los de Podemos de Pablo Iglesias son
distintos, que estos vienen con la lección aprendida de las universidades,
lugares en los que el nepotismo político, ha tomado carta de naturaleza desde
hace años, tornándose en cuasi mafia académica. Estos van a llenar los
ayuntamientos de perroflautas en un pis-pas, ya veremos crecer las nóminas de
estas instituciones de manera exponencial. Los servicios que éstos quieren
desprivatizar no tiene otro objetivo que colocar a los de las tiendas de
campaña. El mantenimiento de un parque que con una empresa privada tenía cinco
trabajadores, ahora tendrá quince. Es el paraíso de cualquier perroflauta, la
cosa ecológica. Los veremos entretenidos, limpiando los pétalos de las flores,
con una pluma de ganso, entre porro y porro, entre suspiro y suspiro, lo mismo
entran en éxtasis. No es para menos, salarios de por vida y poco trabajo. El
ideal de la izquierda llevado al máximo. Que se lo digan a KICHI el alcalde de
Cádiz, pasó de ganar la plaza de profesor, a una baja por depresión de dos
años, y de ahí a liberado sindical, lo dicho: trabajar lo menos posible
En esta semana se están celebrando los plenos en los
que se establecen los liberados y su régimen salarial, también las asignaciones
a los grupos políticos. Se establecen los recursos económicos de “la Casta”. Estoy
completamente seguro que el aumento será histórico. Recuerdo el Ayuntamiento de
Toledo en el que los concejales cobrábamos 150€, el equipo de gobierno tenía
tres liberados, los plenos y las comisiones, o las ruedas de prensa, eran por
la tarde para que los trabajadores pudieran ejercer su cargo de concejal, y había
mucha más intensidad política que en los actuales .Claro que seguro que con muchas
de esas liberaciones a lo mejor se compran algunos silencios.
Eso sí, los
titulados, los de los master, los de los dos idiomas, esos seguirán teniéndose
que marchar a Alemania o a Estados Unidos, o a cualquier país donde el mérito y
la capacidad se tengan en cuenta.
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