Querido Jordi:
Me cuentan amigos comunes que te has hecho
independentista, no sabes la alegría que me das. Muchas veces hemos discutido
del tema de Cataluña sin llegar a conclusión alguna, como dice el refrán:
sacábamos los pies fríos y la cabeza caliente. Pero por fin en algo estamos de
acuerdo: tú quieres ser independiente y yo quiero que lo seas.
Sabes que no albergo
prejuicio alguno con respecto a vosotros, por dos razones fundamentales:
siempre que estuve en tu tierra me encontré cómodo, rodeado de personas
agradables, que valoraban la amistad que mutuamente nos teníamos. La otra razón
es que creo honestamente en el Ser Humano, y es muy parejo en todos los sitios.
No creo que vosotros seáis más interesados o egoístas que otros cualesquiera
entre los que me incluyo. Lo que ocurre es que las personas, como ocurre también
en el mundo animal, somos por lo general acomodaticias, nos adaptamos al medio,
y si nos ponen en un medio separatista es normal que lo terminemos siendo. Mira
no hay punto de comparación pero los acontecimientos ocurridos en la antigua
Yugoslavia no hubieran sido distintos si hubiésemos estado cualquiera de
nosotros, a aquellas gentes le toco aquello y bastante desgracia tuvieron.
Con esto te quiero
decir que no te echo en cara el que seas separatista, es que posiblemente si yo
estuviera en tu lugar también lo sería. Por eso te escribo esta carta, porque
somos amigos y quiero que darte mi opinión desde este lado.
Tengo una ventaja y es
que en este lado no se alimenta la hostilidad contra vosotros como ocurre en
Cataluña con respecto al resto de España. Es muy difícil tener criterios claros
cuando se tiene que luchar contra un constante bombardeo de consignas y eslóganes,
tú que eres de derechas me has comentados en ocasiones lo bien que maneja ese
tipo de cosas la izquierda, solo te pido que hagas una sencilla comparativa y
saca conclusiones. Un ejemplo claro fue lo de la Diada: ¡un millón de personas!
repetido miles de veces por los subvencionados aparatos del régimen y ya da lo
mismo si eran un millón o quinientos mil. En todo caso Jordi el número no era
menor de los que en ese mismo sitio se agolpaban aplaudiendo al simpático
Porcioles, cuando acompañaba al caudillo de las Españas. ¿Y que ha quedado de
aquello?
Que fácil lo tienen tus
gobernantes, ahora mandan los tuyos, cuando hay que hacer recortes por los
excesos de los tiempos del desmadre, resulta que en España todos entonan el mea culpa, menos en vuestro caso en el
que la culpa es del vecino.¿ No te parece pueril el razonamiento?.
“España nos roba” debes
entender que eso nos duela. Nunca pensé que llegaseis a tanto, ni que fueseis
tan ingenuos. Mira, desde que el mundo es mundo los que más tienen lo tienen porque
se lo han quitado a los que menos tienen, y vosotros tenéis más que la mayoría.
Luego, dudo que nadie os haya quitado nada.
Pero lo gracioso del
caso es que yo quiero que seas independiente, tú quieres serlo y los dos lo
tenemos jodido, ¿sabes por qué?, porque no
os interesa, ni a vosotros ni a nosotros. El problema es que los gobernantes
españoles lo dicen, mientras que los vuestro siguen con el “órdago a la grande”
Que pena no tener aquí un de Gaulle, ese que les dijo a unos vascos “no me pidáis
la independencia que os la doy”
Pues mira yo no soy de
Gaulle, pero quiero que seas independiente, partimos lo que haya que partir,
mayormente deudas, y a volar solitos. Ahora, si tú quieres volar solo, libre
eres de saltar desde la cornisa. No me pidas que yo te empuje, porque tengo la
convicción de que te vas a estrellar. Eres mi amigo y no te deseo mal alguno.
Pero tampoco me pidas que sea yo el que te ponga la red y además que la pague
de mi bolsillo. Jordi es muy difícil marcharse de una casa dando un portazo y
pretender dejar la puerta abierta.
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