martes, 14 de mayo de 2013

CARTA A MI AMIGO JORDI


Querido Jordi:
 Me cuentan amigos comunes que te has hecho independentista, no sabes la alegría que me das. Muchas veces hemos discutido del tema de Cataluña sin llegar a conclusión alguna, como dice el refrán: sacábamos los pies fríos y la cabeza caliente. Pero por fin en algo estamos de acuerdo: tú quieres ser independiente y yo quiero que lo seas.
Sabes que no albergo prejuicio alguno con respecto a vosotros, por dos razones fundamentales: siempre que estuve en tu tierra me encontré cómodo, rodeado de personas agradables, que valoraban la amistad que mutuamente nos teníamos. La otra razón es que creo honestamente en el Ser Humano, y es muy parejo en todos los sitios. No creo que vosotros seáis más interesados o egoístas que otros cualesquiera entre los que me incluyo. Lo que ocurre es que las personas, como ocurre también en el mundo animal, somos por lo general acomodaticias, nos adaptamos al medio, y si nos ponen en un medio separatista es normal que lo terminemos siendo. Mira no hay punto de comparación pero los acontecimientos ocurridos en la antigua Yugoslavia no hubieran sido distintos si hubiésemos estado cualquiera de nosotros, a aquellas gentes le toco aquello y bastante desgracia tuvieron.
Con esto te quiero decir que no te echo en cara el que seas separatista, es que posiblemente si yo estuviera en tu lugar también lo sería. Por eso te escribo esta carta, porque somos amigos y quiero que darte mi opinión desde este lado.
Tengo una ventaja y es que en este lado no se alimenta la hostilidad contra vosotros como ocurre en Cataluña con respecto al resto de España. Es muy difícil tener criterios claros cuando se tiene que luchar contra un constante bombardeo de consignas y eslóganes, tú que eres de derechas me has comentados en ocasiones lo bien que maneja ese tipo de cosas la izquierda, solo te pido que hagas una sencilla comparativa y saca conclusiones. Un ejemplo claro fue lo de la Diada: ¡un millón de personas! repetido miles de veces por los subvencionados aparatos del régimen y ya da lo mismo si eran un millón o quinientos mil. En todo caso Jordi el número no era menor de los que en ese mismo sitio se agolpaban aplaudiendo al simpático Porcioles, cuando acompañaba al caudillo de las Españas. ¿Y que ha quedado de aquello?
Que fácil lo tienen tus gobernantes, ahora mandan los tuyos, cuando hay que hacer recortes por los excesos de los tiempos del desmadre, resulta que en España todos entonan el mea culpa, menos en vuestro caso en el que la culpa es del vecino.¿ No te parece pueril el razonamiento?.
“España nos roba” debes entender que eso nos duela. Nunca pensé que llegaseis a tanto, ni que fueseis tan ingenuos. Mira, desde que el mundo es mundo los que más tienen lo tienen porque se lo han quitado a los que menos tienen, y vosotros tenéis más que la mayoría. Luego, dudo que nadie os haya quitado nada.
Pero lo gracioso del caso es que yo quiero que seas independiente, tú quieres serlo y los dos lo tenemos jodido, ¿sabes por qué?, porque no os interesa, ni a vosotros ni a nosotros. El problema es que los gobernantes españoles lo dicen, mientras que los vuestro siguen con el “órdago a la grande” Que pena no tener aquí un de Gaulle, ese que les dijo a unos vascos “no me pidáis la independencia que os la doy”
Pues mira yo no soy de Gaulle, pero quiero que seas independiente, partimos lo que haya que partir, mayormente deudas, y a volar solitos. Ahora, si tú quieres volar solo, libre eres de saltar desde la cornisa. No me pidas que yo te empuje, porque tengo la convicción de que te vas a estrellar. Eres mi amigo y no te deseo mal alguno. Pero tampoco me pidas que sea yo el que te ponga la red y además que la pague de mi bolsillo. Jordi es muy difícil marcharse de una casa dando un portazo y pretender dejar la puerta abierta.

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