sábado, 6 de octubre de 2012

VERDORES


Son muchos los acontecimientos que invitan al comentario. De Cataluña me remito a mi artículo de junio de 2009 “Freedom  España”, en el que ya adelantaba algunos criterios que ahora parecen tomar cuerpo en los círculos de opinión. De la calidad de la enseñanza, que parece solo se mide por la cantidad de interinos a contratar, cuando es justo lo contrario. ¿Qué calidad pueden ofrecer los que no son capaces de sacar una oposición teniendo gran parte de la nota ya consolidada en función de los numerosos años de servicio interino? De  los Presupuestos Generales del Estado, que son los que son, y no hay otros posibles. Por más que se desgañiten los que quieren sacar tajada de ese cerro de números. La cosa es simple.Nos hemos gastado la riqueza de los próximos 6 u 8 años y eso es justo lo que tenemos que ahorrar, mal que nos pese.
Por eso y dado lo sideral de esos temas me ocuparé de uno más doméstico, pero que delata a sus protagonistas. Desde hace unos diez años los habitantes de la parte occidental de la provincia de Toledo hemos sido testigos de las interminables obras de la autovía Maqueda-Torrijos-Toledo. Cuarenta y dos kilómetros en los que sucesivos verdores en su plataforma, mostraban a sus futuros usuarios la lentitud de tan necesaria obra. El final, tramo Torrijos Toledo, ha sido de traca. Un carrusel de vueltas y revueltas por rotondas y carriles habilitados al efecto, que hacen precario, incómodo y peligroso su recorrido. 
Pues bien, hace más de un mes que la citada obra está terminada, pero se impide su uso a expensas de cuadrar las agendas de los que tengan que inaugurarla. Mientras tanto los miles de usuarios que a diario pasamos por ella debemos seguir soportando los inconvenientes del itinerario alternativo. Este hecho, a primera vista baladí, demuestra la falta de sensibilidad de unos políticos que pone por delante del bien común sus particulares y mezquinos intereses.
¿Qué consideración les merecemos? ¿Qué sensibilidad demuestran hacia sus administrados? ¿Cómo es posible que un acto social, de los muchos que habrá en una legislatura, tenga rehenes a miles de usuarios? ¿No conocen los responsables de este sinsentido el desgaste político a que están sometiendo a su partido, por semejante capricho? ¿Cómo se explica el silencio de los alcaldes de la zona?
Todo esto solo es posible en los que no tienen idea de lo que cuesta ganar un voto y lo fácil que es perderlos a cientos. Pero que saben ellos. Vinieron a este partido para sentarse en cómodas poltronas y piensan que son de su propiedad, y que se van a mantener en ellas aún a costa del desprecio por sus votantes.
Como decían nuestros abuelos: “la ignorancia es muy atrevida” y en efecto eso es lo que son, unos ignorantes que les cayó encima el poder como al que le toca la lotería. Y están tan contentos. Pero en todo caso: ¡¡¡ abrid de una puñetera vez la autovía!!!

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