Tal como era previsible y ya anuncié en anteriores entradas,
en Cataluña las cosas siguen como estaban, si cabe aún peor. Cuando todos los
analistas de buena fe coinciden en que el enfermo tiene “cáncer”, los partidos
políticos con el PP y su gobierno a la cabeza se empeñan en aplicar el tratamiento
para un “juanete”.
Uno podía entender que el gobierno mostrase una cierta
pasividad, para cargarse de razones a la hora de tomar medidas. El problema es
que una vez cargado de razones, no se tome medida alguna. Medidas que están
implorando los ciudadanos de Cataluña.
Pero que nadie se llame a engaño, esto lo va a pagar caro el
PP. Ya hemos visto una muestra en las elecciones al Parlamento de Cataluña,
pero eso va a ser una broma con lo que nos espera en las próximas convocatorias
electorales.
Lo del 1-O fue un ridículo que es inadmisible en un estado
moderno y democrático de derecho, y debería haber tenido consecuencias dentro
del Gabinete. Porque esa, no se la colocan al Comandante de Puesto de la
Guardia Civil de mi pueblo. Solo era cuestión de madrugar y de no fiarse de los
que habían dado muestras sobradas de su deslealtad al régimen constitucional.
Si los colegios se hubiesen bloqueado a las 2 de la madrugada nada de eso
habría pasado.
Pero, a mi juicio, más grave aún fue la huelga general. Que
cuatro cantamañanas bloquearan Cataluña
ante la pasividad del Gobierno, dejó a las claras que lo del 155 era una
pantomima, que no tiene más objeto que alargar una situación cada vez más
enrarecida e inadmisible. Demostración palpable de que los partidos constitucionalistas son
incapaces, no ya de dar una solución, si no ni siquiera de abordar el problema.
Ante este estado de cosas Ciudadanos, con las ideas bastante
más claras y con menos complejos, está ganando la partida al PP y al PSOE. Porque
el problema de fondo no es tanto la incapacidad de estos partidos para dar
soluciones, el problema es que se han hecho viejos, conservadores, han perdido
reflejos, van al tente mientras cobro.
En concreto, el PP está como en los tiempos previos a la
refundación. Entonces perdía terreno frente al CDS, ahora lo está perdiendo
frente a Ciudadanos; pero los síntomas son los mismos. Los dirigentes del PP
están agotados, sin ideas, están desbordados por los acontecimientos, a pesar
de las caras de suficiencia de algunos y algunas, como es el caso de la
Vicepresidenta, se les ve ridículos.
Aún queda tiempo para que el PP pueda despegar, pero eso será
posible en la medida en que se produzca una revolución interna, que mande a las
caras que estamos hartos de ver a disfrutar
del descanso que sin duda se merecen después de tantos años de sacrificio y
entrega en el "duro" ejercicio del poder. En el caso de Castilla la Mancha en el "durísimo" ejercicio de la oposición, que es donde parece mejor se encuentran
nuestros representantes.
No hay otra, con estos mimbres que nadie espere milagros. El
PP desaprovechó la mayoría absoluta. Tuvo la suerte de ganar frente a un PSOE
inmerso en la peor crisis de su historia. Ahora ha tenido la oportunidad con la
crisis en Cataluña de demostrar a los españoles su capacidad política, y solo
hemos cosechado un fracaso en toda regla. Esto seguro que no nos lo van a
perdonar. La única solución es volver el partido del revés.