Estamos en tiempo de congresos.
En el PP de Castilla la Mancha todo está atado y bien atado. María Dolores
sigue, como parece lógico, si como así ha ocurrido ella quiere seguir. En la
provincia se cierra el proceso con un acuerdo entre los pretendientes, a través
del Delegado del Gobierno actual, un hombre amable y cercano, sin mayores
pretensiones que servir a la Presidenta Regional. Todo en calma, todos
contentos.
No seré yo, quien tuvo que sufrir
épocas convulsas, el que critique un estado de cosas en el que no se produzcan
confrontaciones entre los militantes. Pero habría que estar ciego para no ver
lo que hay detrás de esta aparente calma.
Como ejemplo del estado en que se
encuentra nuestro partido solo hacer referencia al Congreso Regional, en el que
se aprobó el informe de gestión de la Secretaría General con el voto favorable
de los 2400 compromisarios, ni un solo voto en contra después de perder el
Gobierno de Castilla La Mancha en las Elecciones Regionales pasadas. Ni uno
solo de los compromisarios pesó que se hubiera hecho algo mal, algo criticable,
algo que necesite un mínimo estudio, aunque solo sea para no volver a tropezar
en la misma piedra, nada: “encefalograma plano”. Ha nadie se le ocurrió que siete
u ocho votaran en blanco…nada. Bulgaria 3.0
Es algo así como decir: si María
Dolores sigue y nosotros también seguimos, todo está bien, incluso perdiendo
elecciones. Nadie se preguntó cómo se pudieron perder unas elecciones desde el
poder, frente al PSOE más débil de la historia de Castilla La Mancha. ¿Cómo no
se vio venir, cuando algunos lo advertimos tres años y medio antes de que
ocurriera? Se dirá que el efecto de Ciudadanos, pero es que Ciudadanos creció
en esta región al rebufo de nuestros errores y de nuestra prepotencia, y no
hicimos nada por “machacar” a un PSOE que durante más de veinticinco años hizo
aquí de todo y por su orden, nada, ni un papel, ni una comisión de
investigación de las muchas que se podrían haber montado y con razones más que
suficientes: La Caja, el aeropuerto de
Ciudad Real, el fraude de la alfalfa, los cursos de formación, etc.
Pero sobre todo en el PP de Castilla
la Mancha hay un mal de fondo, que ni se abordó en su momento ni parece que se
vaya abordar en el futuro.
Que María Dolores es una política
de carácter, de las pocas que quedan es España, yo lo tengo bastante claro. El
problema que se nos plantea es si el tiempo que le queda libre a la Secretaria General del PP y Ministra de
Defensa después de atender sus superiores responsabilidades, es suficiente para
afrontar sus responsabilidades con Castilla La Mancha. Podría serlo, pero para
ello deberá tener detrás algo más de lo que tiene.
Ese es el gran problema, que detrás
no tiene más que una legión de aplaudidores incapaces de asumir el mínimo
riesgo aportando una idea, una iniciativa y el empuje necesario para ganar unas
nuevas elecciones. Los que no fueron capaces de ganar las elecciones desde el
gobierno no lo van a hacer estando fuera de él. Y siguen los mismos, y es que
al margen de algunas excepciones, que lógicamente ya andan colocados en el
Gobierno Central, aquí no ha quedado ni la muestra. Y no van hacer nada
distinto de los que han hecho hasta ahora, aplaudir y vegetar.
En la provincia las cosas no son
diferentes, en la Diputación fracaso absoluto, con un equipo, que hace días me
decía alguien que conoce bien la casa, es el más flojo de su historia. “estos
solo sirven para coger avales para los congresos”… y te parece poco, le dije
yo. Es ese sentido es curioso como los alcaldes más renombrados no quieren
subirse a un tren que no va a ninguna parte. Es lo único que nos queda, el
empuje de los que a diario dan la cara en sus pueblos por los problemas de sus
vecinos sin la ayuda de nadie. Pero ese capital tampoco se va a utilizar,
porque dejaría en evidencia las deficiencias de los que ahora mangonean el partido.