Los últimos acontecimientos políticos son para preocuparse.
La renuncia de Mariano Rajoy a formar gobierno, por falta de apoyos, parece
razonable. ¿Para qué someterse a una investidura perdida de antemano?
Si es cierto que pone la pelota en el tejado de Pedro Sánchez,
pero también la oportunidad de formar gobierno. Un peligro que supongo medido
por el partido, teniendo en cuenta las ganas y la necesidad que tiene Pedro Sánchez
de salir bien de ésta o por el contrario de terminar en su casa.
La apuesta tiene sus peligros, pues nos movemos en un
escenario kafkiano en el que se cruzan tantos intereses que al final la cosa
puede salir de una u otra manera por cualquier tontería. Un gobierno del PSOE
con Podemos, Ezquerra y PNV, podría salir adelante, pero sería bueno analizar
en manos de quien estaría ese gobierno.
Sería un castillo de naipes, en el que muchos de sus
componentes rechazan pertenecer a ese castillo. El gobierno de España estaría
en manos de los que quieren que España fracase como proyecto en común, partidos
que en unos casos lo manifiestan abiertamente, como es el caso de Ezquerra y
PNV; y en otros, como los que están cobijados en Podemos lo llevan en sus señas
de identidad y son si cabe más virulentos en su posición contraria a la Nación
Española tal como se contempla en la Constitución. Las Mareas, Compromis, Ada
Colau, son elementos fundamentales en la configuración de Podemos como fuerza
política a la que se debe Pablo Iglesias, si quiere llegar a alguna parte.
Por si fuera poco, los que no están en lo de deshacer España,
están en repartir cuartos a los suyos. La corta experiencia de los ayuntamientos
gobernados por la gente de Podemos solo tiene de sobresaliente lo bien que
tratan a los parientes y a los de su cuerda, ya sean personas, colectivo o
barrios. Sectarismo en estado puro. O bien agredir la sensibilidad de todos los
que no piensan como ellos, como primer paso de implantación del totalitarismo
más rancio (lo primero que le ha pedido Pablo a Pedro ha sido la Televisión y
el CNI, por si hay alguna duda). Eso, que ahora se hace con los siempre escasos
recursos municipales, será una nimiedad comparado con lo que se pueda hacer con
los recursos del Estado.
No es que uno esté en contra de las ayudas de emergencia
social, que ya las había, y alagadas por la alcaldesa de Madrid; o las de
emergencia energética, que en Castilla la Mancha, según declaración del propio
gobierno han dado para pagar ayudas de 150 euros a 100 personas, vamos de “traca”.
O los pretendidos desahucios y otras iniciativas que tienen más de elementos de
propaganda que de fondo real.
Lo que realmente importa es todo aquello que no se ve pero
que aparece en el día a día de los Diarios Oficiales. Decretos, Modificaciones
de Reglamentos, Ordenes, Circulares, elementos de la administración diaria de
nuestros intereses en los que nadie se fija, pero que pueden orientar la
realidad del gobierno más que la legislación que pasa por el Congreso de los
Diputados, Asambleas Regionales, o Ayuntamientos.
Todos irán orientados en una dirección, machacar aún más a la
Clase Media, que es ese oscuro objeto de deseo de la Administración Pública, y
de los revolucionarios de nuevo cuño.
La Clase Media, ha sido la gran perdedora de la crisis. Clase
Media que ha visto reducidos sus derechos, sus salarios, sus expectativas, en
definitiva el “estado de bienestar” que ella consiguió construir. El fenómeno
es más grave si analizamos que no ha
sido todo la clase media la que lo ha sufrido, solo una parte. Hay una parte de
la clase media, de funcionarios profesionales y empleados de grandes
corporaciones que no han sentido con tanta fuerza el peso de la crisis.
Podemos decir que la crisis si se ha superado ha sido, en
gran medida, a costa de una parte de la clase media. Días atrás el gobierno de
Castilla la Mancha hacía gala del acuerdo con los sindicatos de la Función
Pública para recuperar la media paga extraordinaria que falta por devolver a
los funcionarios, y un aumento del 3% en un par de años. Yo le diría a ese
gobierno que diga a los trabajadores de los EREs, a los que perdieron su
trabajo en la crisis y andan saliendo adelante como pueden, a los de los mil
euros y menos, que les vamos a meter la mano en el bolsillo para mejorar la
situación de los que tienen trabajo fijo y bien remunerado. Esas son las dos
Españas una que vive y otra que malvive. ¿Y cómo van a terminar los de Podemos
y en su caso el PSOE con todo esto? Pues muy sencillo, como hace siempre la
izquierda, igualando por abajo.
Esas “políticas de campanario” a las que están tan
acostumbrados, serán financiadas de nuevo con los recursos de lo que queda de
clase media. Lo que asombra es que no se den cuenta. Que los ricos, que tampoco
hay tantos, no se les quita el dinero más de lo que ya les ha quitado Montoro,
no, lo mollar esta en desvalijar a la clase media, la que todavía aguanta. Y
empezaran por las pensiones más altas, que es más fácil.
Alguien dirá, hombre ¿Cómo van a matar a la gallina de los “huevos
de oro”?. Si no hay clase media todo se va al traste, la clase media es la columna vertebral de cualquier país
desarrollado; es cierto, lo que no sabemos es si eso no forma parte de su estrategia
de mandarlo todo al traste. En Venezuela ya ha pasado algo parecido.